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Lucha de los dioses 33. Un desafío permanente: Mi esperanza, tu esperanza, nuestras esperanzas -- Rev. Héctor Fernández (San Salvador)

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Instituto Ecuménico Diaconal “Esteban”
San Salvador, El Salvador, Centroamérica.
“Mis venas no terminan en mí, sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos.” Roque Dalton. Extracto poema Como tú.
Mayo es un mes en el cual celebramos días o acontecimientos importantes en la historia del país, de la región o la humanidad, seria largo citar tantas celebraciones o conmemoraciones, solo mencionare algunas: Día Internacional de los trabajadores, Día de la Cruz, Día de la madre. Es un mes en el que a pesar del cambio climático todavía logramos ver como reverdece lo poco que queda de bosque y los medianos y pequeños jardines que tenemos en el entorno, también es un mes en el que recordamos a Roque Dalton, una de las figuras insignes en la historia de nuestro pueblo.

Lo triste de nuestra situación es que generalmente celebramos o conmemoramos fechas que nos coloca el comercio mundial, regional o nacional. No es para sentir la celebración en sentido humano, sino comercial o mediático, este último caso no es tan negativo en cuanto sea oportunidad de reproducir gestas o vidas que pueden contribuir en la formación de manera más humana las nuevas generaciones, en medio de un sistema anti humano y anti vida. Aunque creo que eso se debería revalorarse.

En nuestro escenario salvadoreño algunos celebramos algunas de estas fechas, otros no, pero se celebren o se conmemoren o no, todo lo hacemos bajo la sombra de la zozobra del día a día nacional o internacional y también iluminados por la esperanza del día a día nacional o internacional. En ese ese escenario hay temas que son por demás ineludibles Venezuela, la amenaza de tercera guerra mundial, los migrantes y trump, y localmente continúan las muertes, aunque parecen disminuir, el tema de las pensiones y aunque todavía lejos: las elecciones. El sector del pueblo más sufrido, asediado por lo grandes medios de comunicación, tiene además en su mente, corazón pero sobretodo en el estómago preocupaciones cotidianas: ¿Qué dar a los hijos para comer hoy? ¿Qué comer mañana? ¿Cómo pagar recibos, casa, luz? Preocupación principal: sobrevivir, conseguir el pan de cada día, lo cual no está fácil.

Preocupaciones de hoy, preocupaciones de ayer. Preocupaciones que tenemos generaciones y generaciones del pueblo. El Camino hacia la liberación no es fácil, ni rápido. Recordemos lo que lento y costoso en términos de vidas, humanas procesos como el Éxodo, la revolución rusa, cubana, en fin. Todo proceso de liberación toma su tiempo y está plagado de traiciones, oportunistas y otras plagas, que en ocasiones, hasta provocan regresiones. Por ello la esperanza es imprescindible en nuestro caminar, al igual que es imprescindible la convicción por la vida.

Los escenarios mundial y nacional trasmiten chispas de esperanzas y nubes de desesperanzas. ¿Qué nos queda? O nos entregamos a la muerte en las desesperanzas o hacemos crecer las pequeñas chispas de esperanza.
Roque, en su generación fue señal de esperanza, como otros en su tiempo. Usted y yo podemos ser señales de esperanza hoy. Si usted cree en Cristo, Marx, Che Guevara, Martin Lutero, en Francisco Alves Méndes, más conocido como Chico Mendes, Gandhi , usted y yo podemos ser señal de esperanza en medio de escenarios como en el que hoy intentamos vivir la vida.
La esperanza no es una actitud de espera, es una actitud activa de cambio, transformación que me genera e irradia a otras personas actitudes positivas para continuar en nuestros trabajos y luchas por la vida. Contribuir a la esperanza tampoco es caro económicamente, ni necesariamente pasa por proyectos financieros.

Como dijo Eduardo Galeano:
“Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable. “

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