Con la resaca de la COP 25, hacemos balance de una cumbre que ha dejado más ruido que nueces.
Entre las cuestiones más positivas: el papel de la sociedad civil mundial que le ha plantado cara a un sistema insostenible.
En la parte negativa: falta de ambición y escasos avances ante la emergencia climática.
A punto estuvo de no celebrarse. Brasil, a quien le correspondía acoger la COP 25, se negó a organizarla. Chile tomó el relevo, aunque tuvo que soltarlo en un contexto de crisis social y de represión a la sociedad civil. España dio un paso al frente y la organizó en un tiempo record. Aunque ha habido críticas sobre un posible lavado de imagen del gobierno chileno ?que mantuvo la presidencia?, no celebrarla habría sido nefasto para el mutilateralismo en materia ecológica y un triunfo para los jefes de Estado negacionistas.··· Ver noticia ···
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