La Secretaria de la Provincia Eclesiástica de Madrid y auténtica «mano derecha» del cardenal Rouco -que a estas horas debe estar aterrizando en Sydney, a pocos días de que Benedicto XVI le otorgue la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud- tuvo que acudir esta mañana a la Cope porque «es necesario que se sepa cuál es la postura nítida de la Iglesia católica respecto al aborto». En una entrevista-monólogo (es la primera vez, que uno recuerde, que Federico no interrumpe, ni da su opinión.
Que casi ni pregunta), María Rosa de la Cierva puso negro sobre blanco los principios de la Doctrina de la Iglesia respecto a la interrupción del embarazo, recordando que los actuales supuestos de despenalización del aborto «jamás debieron ser aprobados» y que «el aborto, en todas las circunstancias, es un crimen nefando». Sin que ello suponga, claro está, la condena a las personas que se vean forzadas a abortar. Y Losantos, entretanto, callado. Y sin volver a tocar el asunto en la tertulia.
En su penúltimo día al frente de La Mañana antes de tomar vacaciones -el lunes 14 ya no estará delante de los micrófonos- Losantos tuvo que admitir la presencia de María Rosa de la Cierva, quien desde el principio dejó clara que su presencia en la Cope esta mañana estaba debida a que «es necesario que aquí se deje clara la postura de la Iglesia» sobre el aborto. También se habló de la eutanasia, de Epc (uno de los asuntos preferidos de De la Cierva), incluso del PP… pero lo verdaderamente interesante fue que, después del rapapolvo recibido desde la Casa de la Iglesia -que ya obligó a Losantos a «matizar» ayer alguna de sus afirmaciones-, nadie quedó contento, de modo que tuvo que defender la postura de la Iglesia una voz autorizada. Con la que se puede o no estar de acuerdo en muchas cosas, pero que tiene mando en plaza.
No obstante, parece que esto no será suficiente. Entretanto, conviene recordar las interesantes declaraciones que el preconizado arzobispo castrense, Juan del Río, hacía en los diarios del grupo Joly en los últimos días, y en los que recuerda, siendo preguntado acerca de la figura de Jiménez Losantos, que «la cadena tiene un ideario y ningún comunicador está exento de cumplirlo».
Cuestionado sobre la tensa reunión de la Comisión Permanente, Del Río reconoció que hubo «un debate intenso y sincero. Participamos activamente y se acordó un procedimiento». Pese a no querer aclarar qué obispos fueron más o menos críticos con Losantos, el presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación fue muy claro: «Hay que quitar lo que no se corresponda con nuestro ideario, sin traumatizar a la empresa». Verde y con asas.
«La Cope es una emisora católica. El agnosticismo iría contra su ideario», añadía Del Río preguntado sobre las creencias de Losantos. Y sobre la crispación de su programa, incidía en que «no favorece a la sociedad, ni a la convivencia pacífica. No ayuda a nadie. No es cristiana. En la comunicación son siempre importantes las formas».
¿Habrá cambios en la Cope? «Si no se cumple el ideario, eso requiere cambios», destacó Del Río, quien reconoció que los insultos al Nuncio Monteiro de Castro desde La Mañana le produjeron «una gran tristeza. Me pareció una gran injusticia y me rebelé. Y también en otros casos, como el del cardenal de Barcelona». Para culminar, una frase de presente, pero de mucho futuro, pese a estar conjugada en pasado. «La Cope es un dolor de cabeza imponente. Todo el episcopado ha sufrido mucho». Se ha sufrido mucho. ¿Se sufrirá más? Con el verano, acaba una temporada. Veremos cómo será la nueva.
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