Los expertos acusan a la cúpula de la iglesia de «radicalizar» su mensaje
“Es una fábrica de ateísmo entre los más jóvenes”. El discurso oficial de la jerarquía eclesial demonizando a la juventud no católica es una de las causas que merma a las comunidades cristianas de base. Así lo creen los sociólogos y teólogos consultados por LA VOZ. No se trata de un problema de falta de valores ni de compromiso. La radicalización del mensaje contribuye a la creciente secularización de los más jóvenes. Esto no quiere decir que los convierta en ateos sino que se alejan de las prácticas religiosas. También influye la falta de modernización y su incapacidad para abrirse a los problemas sociales y culturales.
Esto es, a grandes rasgos, lo que piensan dos sociólogos de la Universidad de Oviedo, el director del departamento de Sociología, Rodolfo Gutiérrez Palacios, y el profesor titular Holm-Detlev Köhler; y el teólogo Juan José Tamayo. Su valoración se produce en la misma semana en la que el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, en la homilía ante los peregrinos que partían hacia Madrid para ver al Papa, acusó a la juventud no católica de ser “violenta y reaccionaria”.
“No deberíamos decir que los jóvenes se distancian de la iglesia sino que la iglesia se distancia de los jóvenes”. El argumento de partida corresponde a Köhler, al que no le extraña la frialdad de las relaciones entre las dos partes, “porque están constantemente criticando sus relaciones personales, poniendo en entredicho sus libertades fundamentales, su libertad sexual…”. Con esta base, a este sociólogo lo que le “sorprende es que todavía tantos jóvenes se dejen impresionar por la iglesia”.
No deja pasar la oportunidad de repasar la figura del papa, aprovechando su común origen alemán. Le llama la atención que se critiquen las interferencia económicas o políticas de los últimos meses de líderes alemanes o franceses pero que se respeten “la injerencias” de Ratzinger.
Rodolfo Gutiérrez Palacios apunta la convivencia de dos tendencias. La mayoritaria es la creciente secularización de toda la sociedad, no sólo de los jóvenes. La minoritaria son los colectivos, muy activos, que tratan de recuperar el protagonismo de la iglesia y que, en muchos casos, responden “a unos principios conservadores”. Gutiérrez Palacios también apunta a la jerarquía por no comprender la pluralidad de los jóvenes. Sin embargo, recuerda que a medida que se envejece las personas suelen retomar las prácticas religiosas.
El teólogo Juan José Tamayo cree que los jóvenes se alejan de las creencias, de las prácticas religiosas y también de las orientaciones morales, es decir, rechazan los tres pilares fundamentales de la iglesia. Aunque no hay una única causa que explique este distanciamiento, piensa que uno de los principales escollos es “la radicalización del mensaje de la jerarquía”, ya que “los demoniza, critica su modo de vida, les acusa de estar vacíos de ideales y dice que están perdidos”. En resumen, en lugar de tratar de comprenderles y de persuadirles, “cuando ve desafecto, se radicaliza”.
Para Tamayo, esta estrategia de la iglesia es en realidad “una fábrica de ateísmo entre los jóvenes”. Entre los que están en las jornadas de la Juventud, en Madrid, este teólogo ve dos corrientes, los más conservadores que participan activamente en todo tipo de actos y los que se sienten más atraídos por el componente cultural y folclórico de la cita.