Los rebeldes sirios han decapitado públicamente a un sacerdote católico, que vivía en un monasterio situado en la ciudad de Gassinieh, al norte del país.La agencia de noticias del Vaticano ha confirmado que el fallecido es Francois Murad, un padre franciscano de 49 años.
En un vídeo difundido por Internet se observa como los opositores al régimen de Bashar Asad dicen a los condenados a muerte que se sienten en el suelo antes de recriminarles los supuestos crímenes que han llevado a cabo.
El franciscano, vestido con una túnica azul es acusado de tener números de teléfono oficiales lo que, según los rebeldes, le vincula al régimen sirio.
La decapitación se produce con un pequeño cuchillo ante la atenta mirada de un centenar de personas, que graban el ‘ajusticiamiento’ con sus móviles.
En una de las imágenes (que no aparecen en este vídeo) los insurgentes levantan la cabeza del clérigo como un trofeo mientras el resto vitorea la hazaña.
Fuentes locales han indicado que los atacantes estaban vinculados al grupo yihadista Jabhat al-Nusra.
El diácono Pierre Batista Betsabila, custodio del monasterio y presidente de la orden Franciscana en Jerusalén a la que pertenecía el fallecido, explicó que el padre Murad era un religioso que eligió hace unas semanas convertirse en ermitaño y que sabía que su vida corría peligro.
No es la primera vez que las cámaras son testigo de este tipo de brutales asesinatos. Hace unos meses otro vídeo alertó a la comunidad internacional por la crudeza de sus imágenes. Un soldado sirio le arrancó el corazón a uno de sus enemigos y lo mordió.