Los profesores de religión que trabajan en las escuelas públicas, la inmensa mayoría de religión católica, pasarán a tener un contrato fijo e indefinido -hasta ahora se les renovaba cada año-
Su contratación estará regida por el Estatuto de los Trabajadores, pero a la vez por los acuerdos firmados entre el Estado Español y la Santa Sede, según el real decreto que ha aprobado el Consejo de Ministros.
Así, los docentes de Religión, que reciben su sueldo de la Administración pública, seguirán necesitando una declaración de idoneidad emitida por la jerarquía católica antes de acceder a ese contrato fijo. Además, podrán ser despedidos «por revocación ajustada a derecho» de esa «idoneidad para impartir clases de religión por parte de la confesión religiosa que lo otorgó», dice el texto.
Este nuevo texto resuelve, según el Gobierno, la situación de estos docentes, envuelta «desde hace muchos años en inseguridad jurídica», aseguró la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, que hizo hincapié en que la revocación de la idoneidad tendrá que ser «ajustada a derecho».