Reproducimos un artículo de Javier Erro publicado en PTM-Mundubat En él se habla del papel de la «sociedad mediática”, donde los procesos de socialización y educación pasan por los medios de comunicación. Nos guste o no, en una “sociedad mediática” como la nuestra los procesos de socialización y educación pasan necesaria y fundamentalmente por los medios de comunicación. Las instituciones tradicionalmente encargadas de socializar y educar –familia, escuela, iglesia, comunidad-, vienen perdiendo peso frente a irrupción de los “medios”. El caso más ilustrativo es el de la escuela, obligada hoy a competir con la televisión y a compartir con ella su antigua hegemonía educadora. La pregunta es: ¿Por qué entonces desde la Educación para el Desarrollo continuamos cuestionándonos, ingenuamente, si educan o no los “medios”?
Creo que tan preocupante contradicción tiene que ver con el tópico de pensar la idea de educar asociándola y reduciéndola sólo a los procesos educativos y a las instituciones formales. Parece que, en la práctica, cuando decimos “educar” tenemos en la cabeza únicamente el espacio social de la escuela o de la universidad. Todo parece indicar que nos costará todavía lo suyo desprendernos, más allá del discurso, de esta mirada estrecha. Sin embargo superar ese defecto constituye el primer paso para comenzar a comprender y abordar las nuevas realidades y dinámicas que tenemos en frente.
Esa visión desfasada de la idea de educar es una de las causas del vacío existente en la reflexión sobre las relaciones entre comunicación y educación, cuando hablamos del campo de la solidaridad. Estamos ante un debate cuyo carácter estratégico, fundamental, nadie se atreve a negar, pero que apenas ha comenzado a despuntar y sobre el que planean no pocos temores.
A veces se argumenta que trabajar los vínculos entre comunicar y educar supone adentrarse en terrenos difíciles, resbaladizos. Puede ser. ¿Pero acaso el desarrollo, la cooperación o la solidaridad son asuntos simples? ¿No se define la sociedad global por ser un modelo de alta complejidad? Creo que es necesario dejar atrás los miedos y poner la atención en los puntos de encuentro y orientación. Reparar en que los ámbitos de la educación para el desarrollo y de la comunicación se acercan, tocan y mezclan cada día más, haciendo borrosas y creativas sus fronteras. En la medida en que estallan las disciplinas, se difuminan los espacios, educar y sensibilizar para el desarrollo y la ciudadanía se convierten en “comunicación”.
Nada ilustra mejor este avance que la propuesta de “Educación para el Desarrollo de quinta generación”. Este enfoque ve la educación para el desarrollo como un “movimiento de socialización” frente a la globalización dominante, como un “proceso educativo (formal, no formal e informal) constante encaminado, a través de la adquisición de conocimientos, actitudes y valores, a promover una ciudadanía global generadora de una cultura de la solidaridad comprometida en la lucha contra la pobreza y la exclusión así como con la promoción del desarrollo humano y sostenible”.
La novedad de esta perspectiva reside en que “Educar para el Desarrollo” pasa a ser algo distinto, integral, que asume cuatro dimensiones diferenciadas y complementarias a la vez: la de sensibilizar, la de educar, formar, la de investigar, y la de incidir y movilizar política y socialmente. Estallan así los compartimentos estancos y la tarea de educar para el desarrollo se convierte en un enfoque transversal en el campo de la cooperación y dentro de las organizaciones, hasta el punto de aspirar a convertirse en las señas de identidad de las ONGD, como sostiene Mari Luz Ortega.
¿Estamos ya situados en el punto de arranque para comprender que la comunicación es mucho más que un instrumento -que socializa y educa en sí misma-, y que los “medios” y las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación nos abren posibilidades “edu-comunicativas” esperanzadoras? ¿Lograremos superar tanto recelo y comenzar a pensar nuestras prácticas sociales e instituciones como acciones y organizaciones comunicativas, estructuradas desde la idea horizontal, abierta y creativa de “red”? El tiempo lo dirá. De momento algo comienza a moverse en torno a los novedosos cruces entre comunicar y educar.
(*)PTM–Mundubat, es un colectivo que desde 1988 coopera con comunidades del Sur, hombres y mujeres, en su desarrollo y transformación social. El objetivo es contribuir a la defensa de los Derechos Humanos y al desarrollo humano sostenible.