(Valencia,1988). Estudiante de Derecho, monitora de Junior, enamorada, joven comprometida
y marchosa.
Por suerte, la sociedad evoluciona para bien, también para mal, pero sobre todo para bien. Los temas tabú dejan de serlo y las diferencias no se ven como una cosa mala. Aunque en lo referente a la sexualidad y sobre todo al sexo aún nos queda mucho que avanzar y para ello factores tan importantes como la educación y la religión son decisivos.
Los jóvenes somos la más visible manifestación del cambio (de los cambios y de las evoluciones sociales en general), pues lo hacemos nuestro y lo reivindicamos como tal. Ha pasado y pasará; basta recordar los fuertes movimientos sociales de la transición (y de más adelante) en pro de la libertad sexual, del aborto, encabezados principalmente por jóvenes.
El problema es que hoy en día la televisión, Hollywood, los medios de comunicación etc se encargan de mostrarnos sólo una parte de los jóvenes, la parte que ?vende??, la parte ?lujuriosa?? y oscura del sexo. Son poco visibles, pero los hay que distinguen entre ?el sexo y punto?? y una relación sexual que vaya más allá.
Los jóvenes somos de naturaleza alocada, seguimos el ?carpe diem??, sabemos que lo que no hagamos ahora no lo podremos hacer más tarde y por eso nos tomamos la vida como un juego (al menos cuando podemos), y el sexo, como sólo sexo es eso, un juego y además de adultos, que aún hace las cosas más divertidas. El sexo se basa en una atracción física, en la necesidad de ir en busca de placer, pero en nada más, ?si te he visto mañana no me acuerdo?? es una frase que resume bastante bien esa forma de entender la sexualidad.
Por otro lado se puede distinguir, o al menos yo lo distingo, entre este tipo de relaciones y aquellas que surgen de la maduración de una relación de pareja, donde no sólo se busca la diversión y el placer, sino que supone una forma de llevar más allá una relación sentimental compartiendo con la persona a la que quieres un momento tan íntimo, es una forma de manifestar el amor que se siente por la otra persona y también de demostrarle tu respeto y confianza. El sexo en una relación supone dar un paso más, que hay que dar sólo en el momento en que las dos partes estén seguras, porque supone una implicación sentimental muy grande que el sexo, ?solo sexo??, no conlleva.
El sexo puede ser la expresión de un amor mutuo y/o un buen pasatiempo, y esta segunda parte es la que es mal vista por la sociedad. Estoy segura que un buen sociólogo o cualquier especialista en la materia sabría explicar y razonar mucho mejor que yo cuales son los motivos de este pudor a la hora de hablar de sexo, pero yo, muy humildemente, tengo una idea de lo que desde mi punto de vista influye y perjudica cuando de sexualidad y relaciones sexuales se trata:
La educación es un tema principal. Nos educan para que conozcamos todas las enfermedades de transmisión sexual, para que sepamos utilizar un preservativo?? pero no para que veamos como una cosa natural y normal el acto sexual y determinadas relaciones de pareja, es más bien como dar una clase de lengua donde el profesor explica y los alumnos, ruborizados, apuntan.
La sexualidad se explica desde una perspectiva negativa, no para que disfrutemos más de nuestras relaciones y de nuestra pareja, sino para que no nos pasen cosas tan ?fatales?? como quedarnos embarazadas o coger una enfermedad (cosa de las que es muy importante prevenir, pero no hace falta dar una visión fatal de vidas destrozadas, porque no es el fin del mundo, y hoy en día hay soluciones para todos los problemas que puedan surgir de una relación no segura).
En casa la cosa no va mejor.
Todo empieza un buen día cuando tus padres tienen que explicarte incómodamente de donde salen los hijos, y al día siguiente ya no se vuelve a hablar del tema hasta que, muchos años de silencio después, te empiezan a salir granos en la cara y te baja la regla, en ese momento tu madre, que no sabe por donde empezar, te suelta la charla de que ya te puedes quedar embarazada, que cuidado con los chicos que se quieren aprovechar de nosotras??Y mucho peor es cuando te enfrentas a las abuelas que lo primero que te dicen cuando se enteran de que tienes novio es si te respeta, si es buen chico y no te fuerza??
Todos estos pequeños gestos ayudan a que nos formemos una idea negativa del sexo, siempre es un tema incómodo del que hablar y no se sabe muy bien por qué, pero siempre hay que huir de él.
Por otro lado nuestra sociedad lleva arrastrando los tabúes religiosos y los pecados de la Edad Media hasta hoy en día. Mis profesores de derecho atribuyen gran parte de su importancia y su incidencia en la comunidad a que fueron recogidos legalmente y perseguidos por la inquisición; recopilados en los ordenamientos jurídicos posteriores; perdidos levemente en el SXX y recuperados por la dictadura franquista.
Personalmente creo que los tabúes y la concepción pecaminosa del sexo podrían estar ya completamente superados si la doctrina de la Iglesia (más bien de la jerarquía eclesial) no fuera tan tradicionalista, con su incomprensible interés en volver al pasado, y se adaptara a los cambios sociales (por esto mismo creo que está perdiendo tantos fieles). Si los creyentes no siguiéramos manteniendo y transmitiendo su mensaje anticuado y a veces incluso machista y si además los párrocos y religiosos pudieran desvincularse (aunque fuera mínimamente) de esta doctrina sin ser descalificados o incluso expulsados de la iglesia se podría superar esta concepción perjudicial.
Los tabúes religiosos y morales han hecho mucho daño (y aún lo hacen) al tema del sexo y a muchos otros. Quererse no es pecado y manifestar tu amor tampoco, no importa de la forma que sea. Como tampoco es pecado divertirse ni disfrutar.
La moral de la iglesia y la educación que de ella se deduce (a través de padres, abuelos, colegios, películas??) puede hacer que incluso nos sintamos culpables al contravenir sus deseos, su moral y sus creencias en relación a la sexualidad y eso nos limita y cohíbe en numerosas ocasiones.
Como conclusión, creo que lo mejor en relación al sexo, a la sexualidad y a las relaciones de pareja es tratarlos con naturalidad, sin incomodarnos. La sexualidad debe dejar de ser un tema tabú desde que somos pequeños. Se ha de poder comentar en privado o en familia sin que nadie se sienta culpable o sucio. La naturalidad, su trato como una cosa positiva (en el colegio, el cine, la televisión, en la iglesia y en casa) harán que en un futuro nadie se tenga que avergonzar a la hora de ir a comprar preservativos, ni preocupar por si se enteran los padres. A la larga la normalización en la vida diaria de la sexualidad hará que las relaciones sean más cómodas, gratificantes y liberadoras.