Las marchas del movimiento 15-M llegan al centro de Madrid esta tarde
En medio de esa especie de caos organizado que siempre acompaña a los indignados, la Puerta del Sol recuerda esta mañana a la imagen que hace ya dos meses recorrió el mundo. El campamento vuelve a tomar forma para recibir a las más de 500 personas que han recorrido durante el último mes toda la Península para estar esta noche en Sol, y a los que se espera que mañana se unan muchos más, llegados desde todos los puntos de España en autobuses, para participar en la manifestación convocada para las seis y media.
La carpa de Alimentación ha sido la primera en estar operativa. Daniel, desde detrás de la barra, explica que hace falta «todo lo que la gente quiera traer». Los paquetes de macarrones ya inundan un estante, pero dicen que siguen faltando cosas porque durante este fin de semana esperan tener muchas bocas que alimentar. También ha vuelto a instalarse la biblioteca y ya se anuncia en los carteles la próxima publicación de un nuevo periódico: el Diario de Sol. Los indignados también han montado un estudio de radio, Ágora Sol, desde el que están emitiendo en directo lo que pasa en la plaza. Un paseo por esta es suficiente para darse cuenta de que la ciudad de los indignados ha vuelto.
Un poco alejados del barullo, en el Pasaje de la Caja de Ahorros, cuatro miembros de la comisión de Artes preparan las pancartas que recibirán esta noche a las nueve a los caminantes. Las seis rutas que han cruzado España recogiendo a gente en cada pueblo entrarán en Sol por cada una de las calles que confluyen en la plaza. Les saludará en la meta un gran cartel colocado en cada acceso: «Bienvenida dignidad».
En el punto de información, que es el único que permanece desde que se desmanteló el primer campamento, los curiosos y simpatizantes del Movimiento 15-M se informan de la llegada de las rutas y de los actos del fin de semana. Esta noche, después del recibimiento, se celebrará una asamblea que se espera multitudinaria. En ella los caminantes pondrán en común sus experiencias a lo largo de todos los pueblos.
A las doce en punto el silencio volverá a recorrer la plaza durante un minuto en el grito mudo de los indignados. El horario que han marcado acaba ahí, pero la misma pregunta vuelve a la cabeza de todos. ¿Se quedarán más allá del domingo? En Información nadie responde a la pregunta. «Lo único que sabemos es lo que ponen los carteles», dice un portavoz. En Alimentación Daniel se va un poco de la lengua: «Hace falta comida para una semana por lo menos». Son los indignados, y aunque esta vez han dicho cuándo llegan, uno nunca saben cuándo se marchan.
No se sabe todavía dónde van a pasar la noche los indignados. En un principio estaba previsto acampar en el Paseo del Prado, aunque desde la delegación del Gobierno no tenían constancia de esta información, según ha podido saber este diario. Sin embargo un portavoz alerta de que muchos de los caminantes han venido con la idea de montar la tienda en Sol.
En mitad de la plaza hay un expositor en el que cuelga una chancla vieja y gastada. En un cartel escrito en primera persona una chica que explica que este calzado ha sido testigo de 450 reuniones, ha pintado 160 pancartas, ha parado la detención de un inmigrante, ha provocado cinco discusiones familiares y hasta un fracaso amoroso. Por el camino, dice, «ha ganado una revolución».
Como ayer, hoy siguen llegando indignados. Algunos en autobuses y muchos a pie tras casi 20 días caminando. Es el caso de los 150 simpatizantes del Movimiento 15-M que pasadas las tres de la tarde llegaban a la Plaza Elíptica, el punto de encuentro de la marcha Sur. A su llegada han sido recibidos con música y aplausos al grito de «Marcha Sur bienvenidos». A lo largo de la tarde se espera que se les sumen los indignados que han preferido hacer el recorrido en autobús. El primero, con unos 50 manifestantes, ha entrado en el intercambiador a las tres de la tarde. La marcha Sur tiene previsto partir hacia la Puerta del Sol a las siete, informa Andrés G. Gaviro.
A las seis se pondrá en marcha la ruta Norte, que llegó ayer procedente de Bilbao, y la Noreste, que partió desde Barcelona. La última en salir será la marcha Oeste. Los indignados de Extremadura abandonarán la Casa de Campo camino del Kilómetro 0 a las siete y media.