Más de medio mundo que vive bajo el destartalado techo de la economía de mercado está indignado. 951 ciudades de los cinco continentes reclaman una democracia que no existe más que sobre el papel. Los que no están en la calle no significa que no estén indignados en su casa o bajo un puente. Pueden ser varias las razones. Unos están impedidos, otros enfermos, otros desalentados, otros son los que precisamente viven a costa de las privaciones de los otros.
Pero la indignación sentida no sólo tiene relación con las condiciones de vida material y las desigualdades sociales, que son lo fundamental. En unos países menos y en otros más, como en España, la indignación tiene también otras motivaciones: los engaños, el desprecio a la ciudadanía por parte de los gobiernos que meten al país en guerras, defienden causas y adoptan medidas gravísimas sin consultarle; la constante defraudación de las promesas incumplidas; los abusos inmateriales pero tangibles en las relaciones de trabajo; la injusticia que se palpa en leyes sólo pensadas para favorecer a los ya favorecidos; el caso omiso del carácter laico del Estado que hacen los gobiernos, sangrando las arcas públicas a favor de la Iglesia católica; el descontrol consentido de las entidades bancarias y el saqueo virtual de sus ejecutivos; las leyes que, en condiciones lamentables de la economía global, permiten esclavos de la banca; el gran pillaje de parte de los políticos y la arrogancia y el cinismo de los mismos o de otros que les encubren; la resistencia brutal de los partidos mayoritarios a la autodeterminación de los territorios. Y aún otro largo etcétera que pone en evidencia que no hay democracia, que lo que llaman democracia es una burda imitación, otro artilugio más de los muchos que siempre se han servido los poderosos a lo largo de la historia para usurpar el poder a pueblo.
Lo que sentimos es que a este clamor de los indignados que resuena en todo el mundo, no se puedan unir los millones que se mueren literalmente de hambre por culpa de los causantes de la indignación mundial. Lo sentimos, porque no lo podrían resistir??
(especial para ARGENPRESS.info)