Los dos lobos dentro de nosotros -- Pedro Pierre

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Es la ?parábola? de un jefe indio Cherokee de América del Norte. Contaba a su nieta que peleaban en su interior dos lobos. Uno era animado por las fuerzas del mal y el otro por las fuerzas del bien. Le decía que también en ella peleaban estos dos lobos. A la pregunta de su nieta sobre cuál de los dos iba a ganar, el jefe le contestó: ?¡Aquel que alimentas!??

¿Hemos tomado conciencia de la lucha de estos dos lobos adentro de cada uno de nosotros? Esta parábola es universal y la moraleja es también para todos y cada uno de nosotros. ¿A cuál de estos lobos estamos alimentando en este momento? A lo largo del tiempo que pasa, ¿a cuál de estos lobos alimentamos más? Son buenas preguntas para un examen de conciencia?? Pero a lo mejor no somos muy adictos a los ?exámenes de conciencia?. La lucha de los lobos es bien real tanto en nosotros como en nuestro alrededor y en nuestra sociedad. Parece que, en este momento, en Ecuador, está ganando la partida el lobo animado por las fuerzas del mal. Y si gana es porque lo estamos alimentando nosotros mismos, consciente o inconscientemente, porque el Ecuador somos todas las y los ecuatorianos.

Alimentamos conscientemente al lobo animado por las fuerzas del mal cuando caemos en la corrupción, la mentira, la explotación, la deshonestidad, la indiferencia, la pasividad, el quemimportismo, el borreguismo, el chismo, el odio, la avaricia, el racismo, el desprecio a los demás?? y un largo etcétera, porque nadie ni nada es neutral. O alimentamos al uno o alimentamos al otro. Nuestras maneras cotidianas de vivir, de pensar, de actuar, de creer?? son los alimentos y las fuerzas que fomentan o el bien o el mal.

Alimentamos inconscientemente al lobo animado por las fuerzas del mal cuando vivimos sin pensar, cuando hacemos lo que hace ?Edmundo y todo el mundo??, cuando nos dejamos llevar por el montón, cuando pensamos y hablamos tal como nos dice la televisión o el último chat que se nos ha enviado, cuando no ponemos ningún filtro a lo que se nos cuenta?? Nos hacemos cómplice de la situación de caos y de desgracia en que está sumado el país, porque no nos importa, porque creemos que no nos involucra a nosotros.

Somos cómplices cuando creemos que son los demás, los gobernantes, las instituciones, Dios?? que deben cambiar la situación cada vez más calamitosa de nuestro país, o cuando queremos ni pensar, cuando decimos que ?yo me las arreglo a mi manera?? ?? porque en definitiva nos dejamos dominar por las fuerzas del mal o nos hacemos cómplices y encubridores de ellas. No queremos reconocerlo. Inconscientemente, pero de hecho, alimentamos el lobo animado por las fuerzas del mal.

Las fuerzas del mal habitan en cada una y cada uno de nosotros. Habitan también en las estructuras e instituciones que organizan la vida de nuestro país, porque el país somos todas y todos nosotros. Hemos dejado que las instituciones sean corruptas, que los bancos nos roben descaradamente porque las ganancias de los bancos son beneficios hechos con nuestro dinero?? Permitimos que la justicia sea injusta e ilegítima o la compramos para que nos sea favorable cuando no andamos con la verdad. Hemos elegido a un gobierno que actúa como está actuando, atropellando derechos, personas y pueblos porque nos hemos desinteresado de saber cuál era su ideología y su programa de gobierno, por eso ahora lloramos o lamentamos, y ?pagamos justos por pecadores??.

Toda esta maldad ha sido calificada por nuestros obispos como ?el pecado social?? o ?grupos e instituciones pecaminosos??. Eso fue en 1968 en su reunión episcopal latinoamericana de Medellín, Colombia, y lo siguieron repitiendo en sus reuniones sucesivas de Puebla, México, en 1978, de Santo Domingo, República Dominicana, en 1992, de Aparecida, Brasil, en 2007?? y ni hablar de las repetidas e inéditas condenaciones del papa Francisco??

Mientras tanto estamos muy ocupados en ?cosas mucho más importantes??, sin darnos cuenta que alimentamos los lobos animados por las fuerzas del mal que anidan en nosotros, en nuestra casa, en nuestra profesión, en nuestros negocios y empresas, en nuestros municipios, prefecturas y gobernaciones.
¿Cuándo tendremos el valor de reconocer a cuáles de estos lobos estamos alimentando cotidianamente? Si no lo hacemos poco derecho tenemos de criticar y condenar la violencia, los asesinatos, la miseria, el desempleo, las desigualdades sociales, la explotación de los ricos, el silencio de los curas y obispos?? Antes de hablar tenemos que ?limpiarnos la boca??.

¿Qué hacemos para alimentar el lobo animado por las fuerzas del bien? ¿O preferimos vivir a la deriva o simplemente ?a la buena de Dios??, llevando así el país en la misma deriva nuestra? Ser humano es vivir consciente, decidida y coherentemente. Ser humano es vivir organizadamente desde la familia, los vecinos, entre empleados y desempleados, entre profesionales, entre empobrecidos?? porque hemos alimentado demasiado al lobo animado por las fuerzas del mal, que se ha vuelto una bestia cada vez más incontrolable?? Ser humano es descubrir la fuerza espiritual que nos habita, reconocer los talentos que tenemos todos, fomentar la fuerza divina que anida en nosotros, en todos y en todo, incluido el cosmos, porque la vida es fuerza para el bien y el amor, pero la despreciamos, la ahogamos, la destruimos??

La vida nos ama, el amor nos habita, las fuerzas del bien son invencibles?? a condición de colaborar individual y colectivamente con ellas. El presente y el futuro dependen de cada una y cada uno de nosotros: ¡Vivamos como humanos! y no como bestias.

Misa de los 500 años

2. Señor ten piedad: https://www.youtube.com/watch?v=cXsoIcz-bNE&t=11s
3. Gloria: https://youtu.be/Ltl49eCQiWQ