Los apoteósicos recibimientos del Papa -- Franz Wieser (Perú)

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Moceop

BenedictoXVI4.jpg?Hagan lo que les dicen, más no imiten su ejemplo?? (Mt 23,3)
Hay dos maneras para llegar al poder, una para llegar al dominio como sea, otra para que triunfe el Reino de Dios: una opera desde lo demagógico y la inmediatez, la otra desde lo espiritual; una emplea gestos espectaculares hasta apoteósicos, la otra opera con la discreción del fermento en la masa; una se arrodilla delante y se apoya en gobiernos imperiales y totalitarios, la otra se arrodilla solo ante Dios. El Nuevo Testamento ilustra esto doble camino hacia la meta en que alguien se fija en las tentaciones de Jesús. La parábola resume así la lucha interior de Jesús ante la opción de captar a la gente con milagros, espectáculos y con la ayuda de imperios, o simplemente por la fe en el poder de la palabra de Dios, hecha carne dentro de la vida real.

El camino que recorría Jesús en su 3 años de vida pública demuestra a las claras su opción. Esto, y no otro es el camino de la verdadera liberación, o, si se quiere, de la salvación del hombre. Así que los verdaderos representantes de Jesús, son aquellas mujeres y hombres que siguen este camino en el mismo espíritu de fe, de amor y de esperanza. No es un camino fácil, dentro de un mundo en una corriente adversa en que domina la imagen, la apariencia del dinero y el poder. Es un camino conflictivo porque ?el mundo rechaza la luz, porqué pone al descubierto su iniquidad.?? ?No he venido para traer la paz??, esta paz bajo el garrote de los poderosos. Su paz, la que Jesús ofrece se basa en la verdad, la justicia y el amor y en plena libertad.

Por eso hay que tener poco esperanza, que estas demostraciones papales, patrocinadas por el poder y el dinero, tengan algún efecto positivo en función de la esperanza cristiana. La realidad demuestra que no la tienen. Es más, los mensajes del Papa, con todo que contengan enfoques acertados, resultan poco creíbles por el hecho de que no son respetados dentro de la misma Iglesia. Defendía el Papa los derechos humanos. ¿Qué dicen éstos en cuanto a la libertad?

Artículo 18: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia. – Artículo 19: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. – Artículo 20: 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas. 2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

El Papa menciona la libertad de religión, más no la de la conciencia y aquella de poderla manifestar libremente cuando no coinciden con la doctrina oficial. Cualquier expresión discrepante con la doctrina o la moral oficial por parte de teólogos o clérigos ha sido sancionada por parte del mismo Papa en su anterior calidad de Presidente de la Congregación para la Fe. Han sido ?molestados?? teólogos de gran prestigio y seriedad en sus investigaciones por opinar de acuerdo a su conciencia. Se nota continuamente cómo a la alta jerarquía eclesial le preocupa más la sumisión dentro de su Iglesia que la verdad. En la persona del fundador del Opus Dei, levantada sobre los altares, esta dependencia absoluta de superiores en la Iglesia, ha sido expuesta como marca de santidad.

Pide el Papa que se busque ?maneras de evitar y de manejar conflictos, explorando todos los caminos diplomáticos posibles, y prestando atención y apoyo a la más tenue muestra de diálogo o de deseo de reconciliación». Sin embargo, las sanciones a disidentes en la Iglesia nunca han sido acompañadas por la ?atención y apoyo a la más tenue muestra de diálogo o de deseo de reconciliación.?? Así que Jesús juzgaría sobre el proceder del Papa y sus incondicionales hoy, como lo hizo en su tiempo sobre las autoridades de la Iglesia de su tiempo: ?Hagan lo que les dicen, más no imiten sus ejemplos (Mt 23,3).

El Papa lamenta que el consenso en casos de la necesidad de la intervención en países «todavía está subordinado a las decisiones de unos pocos, mientras que los problemas del mundo claman por intervenciones en forma de acción colectiva por parte de la comunidad internacional». En este caso se hubiese esperado que en la ONU, que el Papa insista para que se dé un ejemplo de democracia, sin privilegios para los más fuertes con su derecho al veto y que rija la opinión de la mayoría. No se puede tampoco exigir que países, cuyo representantes de sus respectivos países discrepen de lo acordado en mayoría, participen en la acción. También en este caso vale la libertad de conciencia.