La Iglesia Católica podría un día ser juzgada por su posición de defender el derecho a la vida por algunos países donde el aborto está considerado un derecho de la mujer, dijo un cardenal del Vaticano de alto rango en una entrevista publicada el jueves. El cardenal Alfonso López Trujillo, quien preside el Consejo Pontificio para la Familia, criticó a varios países de Occidente por permitir el aborto y autorizar los matrimonios homosexuales y las uniones civiles.
«Temo que enfrentarse a la legislación actual, hablando sobre la defensa de la vida, de los derechos de la familia, se esté convirtiendo en algunas sociedades en un crimen contra el estado, en una forma de desobediencia al gobierno, una discriminación contra las mujeres,» expresó.
«La iglesia se arriesga a que sea llevada ante alguna corte internacional, si el debate se pone más tenso, si se hace caso a las opiniones más radicales,» señaló López Trujillo a Famiglia Cristiana, un semanario católico de Italia.
La semana pasada, otro cardenal expresó que temía que el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional pudiera comenzar una campaña contra países que consideren el aborto un crimen. La organización dijo que estaba discutiendo el asunto, pero que no había tomado ninguna decisión.
López Trujillo, un colombiano de 70 años, declaró en la entrevista que científicos que experimentan con células madre embrionarias deberían ser vistos con la misma luz que los abortistas y la iglesia debería prohibirles que reciban la comunión.
«La destrucción de un embrión equivale al aborto y esa excomunión es para la mujer, los médicos y los científicos que eliminan al embrión,» precisó.
La Iglesia enseña que la comunión del pan y el vino son el cuerpo y la sangre de Cristo y aquellos que cometen pecados no deberían recibirla. La sanción automáticamente se aplica a personas que practican abortos.
El cardenal mencionó a España, Bélgica, Holanda y a los países nórdicos por «exportar» políticas socialmente liberales, particularmente las que conceden a las parejas homosexuales y a las heterosexuales que no contrajeron matrimonio los mismos derechos que a los hombres y mujeres que están casados.
«Nosotros estamos cambiando las definiciones sobre la vida: hombre y mujer, (los términos) padre y madre están desapareciendo. Todos se convierten en ‘pareja,»‘ se quejó.
«Las uniones civiles son una ficción legal, dos personas que se prometen mutualmente nada, que no prometen nada a sus hijos ni al estado pero quieren los mismos derechos que los matrimonios,» opinó. Además expresó que los casamientos homosexuales eran «la nada absoluta.»
El nuevo gobierno de centroizquierda de Italia planea otorgar ciertos derechos legales a parejas que no están casadas, incluyendo a las homosexuales, pero miembros católicos de la coalición del primer ministro Romano Prodi han bloqueado cualquier decisión de reconocer a los matrimonios gays.
