Hace tiempo que las trasnacionales están depredado y adueñándose de las riquezas de los pueblos latinoamericanos, ahora es el turno de México. Las transnacionales del petróleo son las que en su haber tienen los más terribles derramamientos de sangre, tanto que se responsabiliza al mismo Cheney, gerenciador de estos oscuros intereses, de ser la causa de la invasión en Irak. Este expolio indigno se produce gracias al concurso de gobiernos neoliberales y la mayoría de las veces corruptos.
Hay en Latinoamérica dos países que tienen consagrados en la constitución el concurso del estado sobre determinadas áreas económicas, el agua, las empresas públicas y en el caso de México, el petróleo. La sabiduría del pueblo Mexicano supo conquistar en su artículo 28 de su constitución nacional ese derecho.
Esto parece un escollo insalvable para un gobierno que pretende beneficiar a las dos multinacionales de turno, Repsol y Halliburton, modificando la constitución, claro, que se encuentra con la libertad del Pueblo que, movilizado, ha desatado un debate popular, donde el Lic. Rodrigo Olivera (*) plantea el espíritu de la constitución. Y levantando un antigua norma social, por la que los cristianos hemos luchado y nos hemos reconocido desde siempre, que es el bien común, el bien general, nos ilustra que el bien general es que la propiedad de la riqueza quede en manos del pueblo, porque en manos de los usurpadores sólo será robo, expolio y pobreza para el pueblo, en abierta contradicción con el bien común.
Esta lucha del pueblo Mexicano se verifica en toda la América Latina. Llamamos a todos los pueblos a entender que el bien común de las generaciones que vendrán se sostiene en las riquezas que sepamos darles, porque no las entregamos y fuimos capaces de conservarlas, para que el pueblo, todo él, especialmente los más desposeídos, sean sus dueños.
Al decir de José Artigas, que el afán de todas nuestra luchas sea la Pública Felicidad??