Muy cierta la expresión que se da en todos los idiomas: vivir para ver. Lo que en un espacio histórico parecía impensable, imposible, irreal, utópico, en otro momento se convierte en realidad, en hecho concreto.
Es lo que estamos viviendo en estos días: los dos líderes religiosos más poderosos del mundo se saludan se abrazan, se besan, pero, especialmente aseguran que se comprometen a abrir caminos para la unidad. ¡Mil años quedaron superados en un abrazo fraterno! Y no lo hacen en los escritorios de las grandes oficinas episcopales o patriarcales, sino en la sala de espera de un aeropuerto. ··· Ver noticia ···
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