Admiro y mucho a aquellos que, argumentando, se apartan del rebaño. Unas veces, a esos que se apartan, al principio tímidamente y luego decididamente, se suman otros. A otros los dan por locos, pero ellos convencidos de su razón, continúan a contracorriente. Acaban triunfando.
Teresa Forcades es una de ellas. Monja Benedictina, antes de entrar en la orden, Forcades ejerció la medicina, y nunca más se habría sabido de ella públicamente sino fuese por unas polémicas aunque muy acertadas declaraciones que la popularizaron, a través de internet, acerca de los tejemanejes de la OMS (Organización Mundial de la Salud), sobre todo el asunto de la Gripe Aviar, y cómo esta organización contribuyó en primer lugar, con la presión de las multinacionales farmacéuticas que ponen el 50% del dinero de la Organización a generar un pánico innecesario para llenar las arcas relativamente mermadas por la Crisis, de estas corporaciones, sugiriendo, con amenazas apocalípticas mediante, la global vacunación frente a un virus que resultó ser mucho menos letal de lo anunciado.
En una entrevista digital publicada hoy, Forcades, aparte hablar de esto de nuevo, responde con erudita y desarmante simpleza a un par de preguntas ante las que Ratzinger torcería el gesto, porque le pone de muy mala uva (al segundo), que le muevan el trono: el preservativo y la homosexualidad desde lo que, entiende, debería ser la perspectiva real de la Iglesia.
Tras contestar entre otras cosas con el monosílabo más rotundo y hermoso: ?Sí?? a la pregunta: ?¿Ser católic@ obliga a ser valiente para denunciar las injusticias???, la monja responde con idéntica claridad a otras dos preguntas trascendentales:
A,??¿Está usted de acuerdo con la postura de la Iglesia Católica, que impide el uso del preservativo como método para impedir la transmisión de enfermedades infecciosas??, la respuesta es ?No estoy de acuerdo con impedir el uso del preservativo.?
Y cuando es cuestionada la postura de la Iglesia sobre su trato al Colectivo Homosexual, responde:
Hace apenas un siglo la Iglesia Católica consideraba compatible con la doctrina cristiana la esclavitud. En esto hemos evolucionado, gracias a Dios. Espero que en el tema de homosexualidad evolucionemos también.
Desgraciadamente, monjas ejercitando sus ovarios hay pocas, y voces críticas y altas en cualquier gigante corporativo, son casi inauditas. A Dios gracias, el Tribunal del Santo Oficio está extinto, o a esta señora la habrían frito en la hoguera hace ya un tiempo.