En los tiempos que vivimos, muchos eventos nos recuerdan que somos humanos frágiles y que todo puede pasar sin quererlo. Con todos los siglos que nos precedieron aprendemos que el “espíritu” que acompaña a cada persona humana no refleja siempre el bien, querido por su creador.
Existe un espíritu del mal que contamina personas, pueblos, naciones y muchas instituciones a carácter humano y religioso con fines de conquistas, de dominación y de prestigio.··· Ver noticia ···