No es un viaje más y el Papa lo sabe. Roma se juega mucho en la visita pastoral de Benedicto XVI a Estados Unidos. Estas son sus principales claves:
-La consagración del Papa Ratzinger como autoridad moral planetaria. Desde el centro del imperio americano y desde el corazón de la ONU, Benedicto XVI reivindicará la antorcha de «guía espiritual» del mundo.
-La defensa de la Ley natural, inscrita en la conciencia humana, como premisa indispensable de la ley positiva y espacio común, compartido y sagrado, de personas y pueblos.
-La proclamación, precisamente en el país de los creyentes, de que la libertad se basa en la fe. Que razón y fe se complementan. Que, al contrario de lo que está sucediendo en la secularizada Europa, Dios tiene sitio en la cultura del bienestar.
-El cambio de la imagen papal en el corazón neurálgico de las terminales mediáticas mundiales. Benedicto XVI pasa por ser, según su propio Nuncio en USA, «un hombre intransigente y casi inhumano». Con sólo escucharlo y verlo, los americanos abandonarán ese antiguo cliché que no hace honor a la personalidad del Papa alemán.
-La defensa a ultranza de la paz y, al mismo tiempo y por la misma razón, la condena más contundente del terrorismo, así como la invitación al diálogo interreligioso sin renunciar a la propia identidad.No hay paz entre las naciones sin paz entre las religiones.
-Pasar página y cerrar la herida del escándalo de los abusos sexuales del clero, tras pedir perdón públicamente a las víctimas.Porque la Iglesia se juega su credibilidad.
-Denunciar el drama de la inmigración clandestina de los ?latinos??, que representan ya más de la tercera parte de los católicos norteamericanos.
(El Mundo)