Las Comunidades Cristianas Populares ?CCPs- de València queremos denunciar el derroche de fondos públicos, para un tal evento, del que no cabe esperar sino dividendos políticos y electoralistas para a algunos, y negocio para los consorcios gestores y personajes, que se nos proponen como «modelos de ciudadanía». Así que, mientras unos se llenan la boca y los bolsillos con los múltiples «beneficios» que obtendrá «su» ciudad, nosotros y nosotras ? desde el cristianismo y como ciudadanía-, bien al contrario, pensamos que no son sino gastos millonarios y molestias añadidas desde hace meses y en el futuro. Por eso manifestamos nuestro rechazo.
Porque la Comunitat Valenciana tiene otras prioridades, como hacer efectivas las ayudas y dotaciones previstas por la Ley de Dependencia, aprobada por las Cortes Generales y que nuestra Generalitat boicotea sistemáticamente, impidiendo que tantas familias valencianas resulten beneficiarias, así como la construcción de escuelas, la dotación de bibliotecas públicas, el financiamiento de las universidades, la construcción de autovías, de nuevos centros de salud, de hospitales, de locales cívicos, la atención a inmigrantes y marginados, la dotación de viviendas protegidas y un largo etcétera, como para dedicar cifras millonarias al capricho de unos gobernantes y al espectáculo «popular».
Porque ya hemos tenido bastante con el abultado y oscuro financiamiento del viaje del Papa y el montaje de la Amèrica?s cup -que aún ahora Generalitat y Ayuntamiento de València esconden sin rubor-, como para iniciar un nuevo episodio de gastos millonarios en avales, cánones, compensaciones y otras martingalas, que algunos cuantifican en más de cien millones de euros.
Porque -como se ha denunciado a las claras-, el fraude de ley en las adjudicaciones, plazos y el obscurantismo en la información pública, es un hecho escandaloso, amparándose en «excepcionalidades» y un supuesto «interés general» que el vecindario y asociaciones niegan rotundamente.
Porque desde la sostenibilidad y ecología urbanas es un auténtico atentado al equilibrio de la ciudad, por la violación de los planes de crecimiento moderado, la ruidosidad y peligro extremos en seguridad y las molestias añadidas a los barrios marítimos -los mas afectados- que, lejos de beneficiarse en su integración y mejora, se ven degradados y prisioneros del circuito. Es por eso que, desde la cristiandad y la ciudadanía, denunciamos tal macroestructura, que en nada beneficia a los habitantes de nuestra ciudad, a la vez que lamentamos el silencio de nuestro pastor, el arzobispo Agustín, que lo hace cómplice de tal despropósito y de esta manifestación ostentosa de poder material, claramente antievangélica.
Valencia, mayo de 2008.
Comunitats Cristianes Populars ?CCPs-