Ante los hechos ocurridos en la Parroquia del Rosario de Valencia, que ha denegado la comunión a Pilar Gómez por «vivir en pecado» con otra mujer, el Arzobispado de Valencia ha dado apoyo a esta decisión argumentando que «tiene un comportamiento pecaminoso, de forma perseverante y manifiesta y tercamente persiste en este pecado grave». El Col·lectiu Lambda acusa a la jerarquía católica de practicar la doble moral, de machista y de discriminar a lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, practiquen o no la fe cristiana.
Rafel Abat, portavoz del Grupo de Asuntos Religiosos de Lambda recuerda que «el mensaje de amor, libertad, solidaridad, de acompañamiento de las personas excluidas y de liberación de nuestros miedos es el que nos dejó Jesús. Por eso no seguimos ningún código de derecho canónico ni ninguna norma que nos oprima. Si él no excluye ninguna persona, ¿por qué sí lo hace la mayoría de la jerarquía católica?». «Animamos -continúa Abat- a lesbianas, gais, transexuales y bisexuales creyentes a acercarse sin miedo a tomar la comunión, a acudir a sus parroquias habituales, a no autoexcluirse, a vivir la orientación sexual y la identidad de género abiertamente, igual que la fe, y a hacerlas compatibles. Nos preguntamos cuándo dejarán de considerarnos personas pecadoras, cuándo dejarán de controlar y manipular nuestras conciencias en los confesonarios. Vivimos nuestra orientación sexual e identidad de género desde la afectividad y el amor».
Para José de Lamo, coordinador general de Lambda, «la actitud de Pilar ha sido muy valiente por denunciar esta situación y queremos reconocer el paso que ha dado. Instamos a la jerarquía católica a abandonar la doble moral y la hipocresía. Nos preguntamos si en las parroquias se preguntará por el comportamiento de todas las personas creyentes y si también se preguntará a curas u obispos por su vida. Resulta increíble que la jerarquía católica, en plena crisis económica, tenga tanta preocupación por estos temas y no de aquellos que de manera perseverante y manifiesta mantienen una situación económica y social que están dificultando la vida de tantas personas. La jerarquía católica continúa manteniéndose próxima al poder, que le da muchos privilegios, y manteniendo una actitud machista y discriminadora en lugar de estar más comprometida con la realidad y diversidad humana».