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Tomar conciencia de que nuestra cultura es una cultura de la violación me parece muy importante, por eso regreso al tema. Por eso y porque se siguen presentando casos cada día, en Colombia y en el mundo. La niña violada en Garzón-Huila, Salomé de cuatro años murió… su violador aún no ha sido juzgado, esperemos que no le den dos años de cárcel o lo suelten por vencimiento de términos. Nuestro ambiente no sólo tolera, además propicia las violaciones… la música, especialmente la llamada de carrilera o de despecho, pero también las rancheras, corridos o tangos… constituyen una continua invitación. Ejemplos hay muchos:
Si no me querés, te corto la cara con una cuchilla de esas de afeitar…
A las muchachas más bonitas se llevaba,
en esos campos no quedaba ni una flor… (Corrido mexicano muy popular)
Escuchemos a Yolanda Trigueros, psicóloga especializada en abusos sexuales a niños y mujeres:
El término Cultura de la Violación nos ayuda a entender estas causas. Acuñado en los años 70 hace referencia al entorno en el cual “la violación ostenta una posición preponderante y en la cual la violencia sexual infligida contra la mujer se naturaliza y encuentra justificación tanto en los medios de comunicación como en la cultura popular. La cultura de la violación se perpetúa mediante el uso de lenguaje misógino, la despersonalización del cuerpo de la mujer y el embellecimiento de la violencia sexual, dando lugar a una sociedad despreocupada por los derechos y la seguridad de la mujer.
Podemos regresar a la mitología, a la literatura…un ejemplo muy conocido en este terreno, es la justificación y premio a las violencias sexuales en la tristemente célebre novela: Justine o los infortunios de la virtud, de Sade. En la Ilíada, la seducción y el rapto de una mujer provoca la guerra y las mujeres esclavizadas se convierten en los premios por hazañas de los héroes… América Latina en cuanto continente mestizo está fundado sobre una violación masiva. Malinche se unió a Cortés, además, porque ya en su comunidad de origen había sido abusada y “vendida”. Seguimos encontrando arraigos muy profundos e inconscientes para justificar estas prácticas.
En el Libro Segundo de Samuel, Biblia Hebrea, Capítulo 13, se nos narra con todo detalle la violación de TAMAR, por parte de su medio hermano Amnón. Una violación programada paso a paso, con múltiples complicidades. Tamar queda deshonrada y herida y ante el hecho David se enoja, pero la cosa no pasa de “enojo”. David no toma NINGUNA medida de castigo contra su hijo violador. Según investigaciones recientes, tanto en Europa como en Estados Unidos, las proporciones de violaciones por incesto, sobrepasan el 20% de las mujeres encuestadas (Cfr. Enciclopedia Internacional de las mujeres). Y podemos concluir sin investigaciones previas, que esta proporción en América Latina y en ciertas condiciones de vida, aumenta.
Volvemos a la misma conclusión: el ambiente lo genera:
La investigación antropológica señala una ideología común que mantiene la hegemonía y dominación masculina como características de las sociedades en las que las violaciones tienen lugar… El impacto de la violación suele ser minimizado, las violaciones tomadas a broma, como forma de distraer la atención del hombre. Los violadores condenados también culpan a sus víctimas, al tiempo que ponen de relieve el derecho de los hombres a controlar y dominar a las mujeres…
Los factores culturales y sociales -sobre todo las desigualdades en la distribución del poder entre hombres y mujeres- proporciona el fundamento de la violación, apoyada por las convicciones sobre la superioridad de los varones…
(Mona Lisbet Eliasson: VIOLACIÓN, entrada en:
ENCICLOPEDIA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES, Editoras: Cheris Kramarae y Dale Spender.
Editorial Síntesis)
La lucha contra esta costumbre permanente, trans-histórica y trans-espacial… tiene que ser muy fuerte porque el desafío es desarraigar siglos y siglos de tropelías enquistadas y justificadas socialmente. El 8 de Marzo de 1976, se inauguró en Bruselas, El tribunal internacional de delitos contra la mujer, que en torno al delito de la violación, concluyó:
La violación surge claramente como una táctica terrorista utilizada por algunos hombres, pero que sirve para perpetuar el poder de todos los hombres sobre las mujeres… el miedo a la violación hace que muchas mujeres busquen un protector masculino frente a la violación de otros hombres…
Anderson y Zinsser: HISTORIA DE LAS MUJERES, UNA HISTORIA PROPIA, Editorial Crítica).
Si nos fijamos en otra práctica cultural como la de los “sermones u homilías” tanto en el mundo católico como en el protestante, encontramos que ni los sacerdotes, ni los pastores toman jamás como eje de su predicación la condena de la violación. Por los púlpitos desfilan todos los posibles “pecados”: robo, asesinato, aborto, peleas, riñas… en algunos casos, los que llaman “pecados de la carne”… la violación no está en sus inventarios. Invito a las mujeres que estén cerca a estos hombres a que les insistan en la necesidad de contemplar y condenar el pecado aberrante de la violación… Las iglesias diversas todavía tienen mucho peso en las culturas populares…
Un aspecto significativo y muy importante del pacto social por un mundo mejor, que debemos hacer, tiene que ser un nuevo pacto ético de y alrededor de la sexualidad y la relación entre sexos y géneros. Un pacto de lucha contra imaginarios de la desigualdad, contra imaginarios de la posesión o la subordinación de unos seres humanos a otros.
Invito a los maestros y maestras que me leen a lograr en las aulas de clase un paso hacia adelante en este terreno.
Cali, 13 de Junio 2020
Coronavirus XLII