LA VIEJA EUROPA ANTE LA ENCRUCIJADA: DERECHOS HUMANOS VERSUS ISLAMIZACI?N (2) Manuel López

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Un centenar de asociaciones de mujeres de España, entre ellas el Consejo de la Mujer de Madrid, presentaron en julio de 2000 un escrito de querella en los juzgados de guardia de Barcelona (Cataluña) contra el imán de Fuengirola (Andalucía) Mohamed Kamal Mostafa, autor del libro ‘La mujer en el Islam’, publicado en 1999, en el que da consejos a los hombres para pegar a las mujeres sin dejar marcas.

En su obra, el imán de la influyente mezquita de Fuengirola en la Costa del Sol malagueña, donde recalan poderosos mandatarios e influyentes hombres de negocios árabes, recomienda que los golpes a las mujeres «se deben administrar en unas partes concretas del cuerpo, como los pies y las manos, debiendo utilizarse una vara no demasiado gruesa, es decir, ha de ser fina y ligera para que no deje cicatrices o hematomas en el cuerpo».

El libro añade que «los golpes no han de ser fuertes y duros, porque la finalidad es hacer sufrir psicológicamente y no humillar y maltratar físicamente».

De haber sido el autor del libelo miembro de otro grupo social menos poderoso e influyente que los poderosos e influyentes entornos de la comunidad islámica ?incluido el pánico de la sociedad (incluida la población laica, o no extremista de origen árabe, que la hay) a la amenaza permanente del terrorismo islámico?, el susodicho aleccionador hubiera acabado al punto con los huesos en la cárcel.

No fue así. La justicia española, tradicionalmente lenta, como lo demuestra el mero hecho de que la denuncia fue admitida a trámite en otra Comunidad Autónoma, a 700 kilómetros del lugar de los hechos, tras ser rechazada por el juzgado local, tardó cinco años en pronunciarse??

Citado el imán por el titular del Juzgado de Instrucción número 29 de Barcelona, Jordi-Lluís de Prada, a declarar en Barcelona en calidad de imputado, la sentencia del juez por el delito de incitación al maltrato a las mujeres consistió en la condena política a un año y tres meses de privación de libertad. Puesto que en España las penas inferiores a dos años no conllevan prisión, el imán sólo fue condenado a asistir a un cursillo de reeducación cívica. Tan simbólica resolución representó un nuevo triunfo judicial del integrismo islámico.

Cierto que hay en España una inmensa mayoría de creyentes musulmanes con un intachable comportamiento ciudadano. Como tampoco es menos verdad que en España se hacen tradicionalmente distingos entre árabes ?los acaudalados residentes y visitantes de la órbita del dios Petrodólar en la Costa del Sol? y moros ?los trabajadores inmigrantes del Magreb que han de contentarse con realizar los peores trabajos peor pagados?.

Lo grave del Islam como problema actualmente en España es que mil años después de la época dorada de tolerancia de Abderramán III en la próspera España de las Tres Culturas, hoy la religión de Mahoma está polarizada de una parte por los petrodólares de Arabia Saudita y los emiratos y del otro lado las siniestras células del terrorismo religioso. En medio, la inmensa mayoría de la ciudadanía de origen árabe que ni es millonaria ni terrorista??

Mientras tanto, España sigue teniendo pendiente de aprobar la asignatura troncal de la convivencia en libertad sin ingerencia de las religiones, libre del predominio de campanas?? ni minaretes. Queda camino por delante todavía para entronizar la pluralidad religiosa, derrotar de una vez por todas el terrorismo, erradicar el integrismo y la violencia de los violentos, consumar, en fin, la sacrosanta laicidad de un Estado laico?? sobre el papel, en el que la Iglesia Católica sigue gozando de todo tipo privilegios y en el que el Islam no deja de avanzar conquistando parcelas?? sin acatar los derechos de la Mujer, que consagra explícitamente la recién promulgada Ley de Igualdad.