«Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Comandante Ernesto Guevara de la Serna”
Montevideo, enero de 2012 –
Si bien la crueldad incalculable del sistema, esta hundiendo en los países otrora desarrollados, como Europa y Estados Unidos, el poder adquisitivo de los trabajadores (que incluyen a los jubilados y pensionistas), pauperizando con sus formulas capitalistas neoliberales, hijas de la falta total de humanidad no ya de algunos hombres, sino de las estructuras del sistema que han construido, existe otros acontecimientos, poco conocidos…que sin embargo como pequeños brotes de esperanza van creciendo en medio de este gélido invierno del norte geopolítico, donde la victimas del frío, la falta de trabajo, los bajos salarios, la perdida de la vivienda aumentan geométricamente y familias enteras son lanzadas a la miseria y a la pobreza…y a la calle.
Mientras en el mundo los ricos, los que rentabilizan, la miseria del resto de la humanidad, quieren acumular más y más, cada vez más niños se incorporan a la franja de la pauperización y la pobreza, mientras los inhumanos expertos y grandes analistas neoliberales, muchos de ellos doctores en economía, escriben sesudos análisis en los que sostienen cosas como que esta bien que haya gente que tenga más dinero que otra, que lo que esta mal es que no se tenga las mismas oportunidades (en una afirmación hipócrita y deshumanizante) se olvidan que el capitalismo es tan voraz, que parece quererlo todo…No existe igualdad de oportunidades, sin una equidad en la distribución de la riqueza….
Justamente, muchos de los que confiamos en los procesos latinoamericanos, como la Revolución Bolivariana, sabemos que existen muchos aspectos que deberemos mejorar, que para que el pueblo se empodere y haya equidad y justicia, queda un largo camino, pero sin embargo asombra el como esos procesos han ido transformando los ánimos colectivos, cambiando drásticamente las situaciones injusta, generando creativos mecanismos de distribución de la riqueza, como los de abajo, hemos estado tomando conciencia, que sólo espalda con espalda, podremos lograr una sociedad más justa, humana y fraterna y que los de arriba para mantener sus privilegios, como lo han probado en África o Medio Oriente, están dispuesto a sacrificar la vida de millones, sin importar si son mujeres, hombres, viejos, niños…(daños colaterales les llaman), también el empobrecimiento de la clase trabajadora norteamericana, para mantener la rentabilidad de los de arriba, es un daño colateral, que los de arriba pagan gustosamente, pero detrás de sus perversas estadísticas y concepciones ideológicas, esta el sufrimiento de millones de familias, de rostros concretos, de la desesperación y la angustia de una inmensa multitud de familias, en un invierno impiadoso que castiga especialmente a los más pobres, en momentos en que el combustible para lograr calor, sitúa sus precios fuera de su alcance, esa insultada y maldecida Revolución Bolivariana, ese terrible dictador inhumano que es Hugo Chávez, ha tenido la contumacia marxista de… “Más aún, las críticas de Obama coinciden con la noticia de que Venezuela, a través de su empresa CITGO –filial de la estatal PDVSA- retomó su programa de distribución de combustible en Camden, New Jersey -la ciudad más pobre de los EE.UU-, con el que se pretende atender las necesidades de calefacción de 400 mil personas (en mayoría, familias de clase trabajadora y ancianos) ante los crudos fríos invernales. Esta ayuda venezolana, de nítido sentido humanista, adquiere mayor importancia si se tiene presente que, como denunció la organización Actions for Boston Community, “unos 9 millones de familias de escasos ingresos del noreste de Estados Unidos iban a pasar un dramático invierno a raíz de la reducción de la asistencia federal para afrontar los costos de la imprescindible calefacción en esas zonas gélidas del país” (Tiempo Argentino, 20-12-2011).”*
Tal vez porque más allá de toda diferencia ideológica, que naturalmente las hay y suscribimos que las haya…no en balde nos sentimos mucho más identificados con la Revolución Bolivariana, que con el capitalismo neoliberal, existe una suerte de concepción profunda que nos diferencia y nos diferenciará siempre, para nosotros, los rojos…los malditos desestabilizadores pro Chávez y pro Revolución Bolivariana…siempre las personas tendrán más valor que las cosas y que el dinero…lo que no hace que seamos perfectos o no nos equivoquemos nunca, hace que todo lo que hacemos este signado, no por la rentabilización y la acumulación, sino por compartir y socializar…y que la vida de un ser humano, sin importar su religión, nacionalidad, raza, etc.…sea más importante que todo el petróleo y el dinero del mundo…
Por eso cuando hablamos de la revolución Bolivariana y de Chávez, con todos sus aciertos y desaciertos, es un gran alegría para nosotros, poder sentirnos parte de esta lucha por construir un mundo mejor…
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)