La Venezuela de Hugo Chávez: la tentación de una crítica desenfocada -- Nacho Dueñas

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Cristianismo y Justicia

En respuesta al artículo de Héctor C. Palacios, ?Una mirada global al gobierno de Chávez??, Nacho Dueñas nos propone un nuevo análisis desde una perspectiva distinta.
Nacho Dueñas. Se puede, incluso desde la buena fe, tergiversar una realidad sin mentir en lo afirmado, a partir de su descontextualización y de la omisión de lo que la pondera. En esto consiste, exactamente, el tratamiento recibido por el mandatario venezolano y su controvertida gestión.

Así, ante la denuncia de los recurrentes insultos que Chávez ha vertido sobre sus oponentes (majunche a Capriles y ladrón y sinvergüenza a Rosales, entre otros muchos), baste tirar de hemeroteca y rastrear en ella para constatar los improperios que a lo largo de más de una década viene sufriendo este presidente, a menudo con tintes racistas (orangután, gorila, mico??), aludiendo a su supuesta incapacidad para gobernar (loco, demente, payaso??), u otros ridiculizando su modesto origen social. Incluso consta que antes de acceder al poder ya era motivo reiterado de burla y escarnio (Fuente: AZNÁREZ, Carlos, Los sueños de Bolívar en la Venezuela de hoy).

Ciertas trampas o juegos sucios que el mandatario suramericano ha protagonizado contra la oposición, tales como la ocupación excesiva de espacio televisivo en las cadenas públicas, la expulsión de sus empleos a firmantes que solicitaban el revocatorio para desplazarle del poder, o la retirada de dotación económica a cargos electos opositores, son absolutamente inocuos en proporción a las tropelías que el bloque antichavista viene cometiendo.

Nos referimos a golpes de Estado, tentativas de desestabilización económica, fuga masiva de capitales, utilización de unos 200 paramilitares para matar al presidente, apología pública del magnicidio, masacres, incitación al disturbio y al golpismo desde los medios de prensa a partir de reiteradas mentiras a la opinión pública, o desconocimiento de resultados electorales avalados, entre otros, por el Centro Carter, la Unión Europea y la OEA. Además, este hostigamiento sistemático, tal y como está perfectamente documentado, viene siendo apoyado por la CIA y por la Casa Blanca (Fuente: Golinger, Eva, El código Chávez).

Las críticas referentes a la situación económica y social, por su parte, parten de datos ciertos para llegar a conclusiones irreales. Es verdad que hay ineficiencia, déficit elevado, delincuencia galopante, corrupción, insuficiente equipamiento en los hospitales, necesidad de importar la mayoría de los alimentos que se consumen, políticas expropiadoras que no fomentarían la productividad, etc.

Sin embargo, afirmar todo esto, por muy cierto que sea, se convierte en un tremendo fraude si no se ofrecen otros datos reales cuya resultante impugna la supuesta mala gestión de Chávez. Así, se omite que el PIB de Venezuela ha sido, entre 2004 y 2009, uno de los mayores del mundo, en torno al 9% (Fuente: FMI); que este país ha cancelado la deuda contraída con el FMI y el BM (Fuente: BM); que la pobreza ha descendido del 60% al 23% (Fuente: The World Fackbook, perteneciente a la CIA), lo que implica que hasta unos 12 millones de venezolanos han superado la exclusión; que se ha erradicado el analfabetismo (Fuente: UNESCO); que es el país menos desigual de América Latina según el coeficiente de Gini (Fuente: CEPAL); o que es uno de los únicos estados en ir cumpliendo los Objetivos del Milenio relativos a la lucha contra la pobreza (Fuente: FAO).

Todas estas afirmaciones están corroboradas por el impactante informe publicado por The Center from Economy and Policy Research que, titulado El gobierno de Chávez después de 10 años: evolución de la economía e indicadores sociales, y escrito por Mark Weisbrot, Rebecca Ray y Luis Sandoval, presenta unas conclusiones absolutamente determinantes y esclarecedoras.

Tampoco es de recibo afirmar que no hay Estado de Derecho, que Chávez ha escrito una Carta Magna a su medida o que la democracia está secuestrada. Efectivamente, no hay otro país como Venezuela de quien poder decir que su Constitución se ha elaborado mediante participación popular efectiva (Fuente: Golinger); que su presidente ha convocado 16 consultas y ganado 15, todas avaladas por observadores internacionales (Fuente: Ramonet); que su sistema electoral es el mejor del mundo (Fuente: Centro Carter); que la prensa privada, de constante recurso al golpismo, la mentira, la desestabilización, la apología del magnicidio y la manipulación (Fuente: Pascual Serrano), supone el 80% del total de los medios de comunicación del país, y goza de una impunidad que jamás hubiese sido tolerada en Europa ni en EEUU (Fuente: Noam Chomsky).

Asimismo, no se puede decir que Chávez ha dividido a la sociedad, pues la polarización es generada por quienes a menudo desconocen los resultados electorales y buscan otros medios de tomar el poder. Además, la verdadera división, la de ricos y pobres, sí que está siendo combatida de un modo efectivo por el gobierno de Venezuela.

En definitiva, la crítica a Hugo Chávez (por muy cierto que pueda ser lo que se diga) no es un ejercicio de lucidez si no se contextualiza con todos estos hechos no menos veraces pero sí más determinantes. Siempre se ha dicho que ?un texto sin contexto se convierte en un pretexto??. Nosotros seguiremos creyendo que ?la verdad os hará libres??. Y, como don Pío Baroja, procuraremos ?no engañar ni engañarnos??. Los 12 millones de venezolanos que han abandonado la exclusión, gracias a la gestión de Hugo Chávez, no merecen otra cosa.