La tormenta tropical «Agatha» demostró nuestra vulnerabilidad -- Comunidades Eclesiales de Base del Bajo Lempa

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Sicsal

¿Qué es lo que sucedió?
Los meteorólogos anunciaron desde el 25 de mayo 2010 que una primera tormenta tropical se estaba formando en el Océano Pacifico e iba a chocar con las costas de Guatemala y El Salvador. Efectivamente se dio el fenómeno el fin de semana del 30 y 31 de mayo.

Cayó agua en abundancia en todo el territorio nacional de El Salvador. (También en Guatemala y Honduras) La vulnerabilidad se hizo sentir. Las inundaciones abundaban en el occidente, en la capital, en oriente.

En nuestra zona del Bajo Lempa, cayó agua en abundancia pero esta vez no fuimos inundados. Eso decíamos a los amigos y amigas que nos llamaron a las 7 de la noche del domingo 31 de mayo, cuando la tormenta dejó de tirar agua. Sí, habían algunas comunidades afectadas, las de más abajo: Babilonia y los lotes. Pero las demás comunidades se habían salvado.

Cabe destacar los buenos y excelentes servicios esta vez de Protección civil, de todos los organismos de rescate y ayuda de parte del gobierno y de particulares. Pero la fuerza del agua dio a conocer lo que ya se sabía: el país entero es muy vulnerable para los desastres.

¿Y qué pasó en el Bajo Lempa?

Parecía que nos habíamos salvado de la primera tormenta. Pero la presa hidroeléctrica ?l5 de septiembre?? empezó a descargar 6.000 metros cúbicos por segundo. Avisaron que lo iban a hacer.

¿Pero de qué sirve que nos inundan con previo aviso?

En vista de que la lluvia cesó, la gente fue a dormir. Pero a partir de las 11 de la noche los cultivos, los patios, las casas se inundaron después de la lluvia. La gente con lo que tenían puesto, con los niños y niñas, con cositas huyeron hacia la calle que queda en alto. El lunes 1 de junio amanecieron literalmente ?en la calle??. Vimos como el agua subía y subía hasta un metro en las casas, hasta el borde de la calle. En algunos lugares como ?el Marillo?? el chiflón sobrepasaba la calle, lo cual hizo problemática la pasada hacia más abajo.

El dolor, la angustia, el temor, la desesperanza, la desesperación se podía leer en nuestros rostros.

Todo estaba otra vez perdido. Las recién sembradas milpas, las hortalizas, todo cultivo estaba metros debajo del agua y cubierto con arena. Las casas inundadas, no había comida y no había futuro a la vista. ¿Esto seguirá para siempre? Las bordas se habían rompido por la fuerza del agua de la Presa en siete lugares. Boquetes de 125 metros de largo y 25 metros de profundidad.

Penetró en nuestras cabezas que no íbamos a cosechar, que no podíamos sembrar de nuevo porque semejante cantidad de agua y arena no nos permite, y somos más vulnerables que nunca, porque cualquier tormenta que viene (a penas recibimos la primera, apenas es mayo) nos inundará de nuevo. ¿Hay futuro para nosotros/as?.

¡Qué lamentable cuadro, vernos como afectados y afectadas! ¡Qué desesperación hacia el futuro!

Esto es lo que podíamos ver.
Claro que había respuesta inmediata. Las comunidades de cerca que no se habían inundado como Nueva Esperanza, Romero, Sisiguayo, Limonera, Tierra Blanca, La Noria, Ángela Montano, Normandia, Ereguayquin, pusieron mano a la obra para preparar comida hecha para nosotros/as los damnificados. (San Marcos y La Papalota, estaban a manos llenas con refugiados en la escuela y los inundados de Roldan). La comunidad Cristiana de Sesori (al norte del país) vinieron también en ayuda con tres pickups llenos de comida hecha. De igual manera, las mujeres del mercado de San Salvador.

Agradecemos a todos ellos que pusieron ?los primeros auxilios?? en nuestro drama humano. Y también debemos agradecer a las instancias oficiales como alcaldía, gobernación, UCA, protección civil, ONG?s de la zona quienes nos asistieron. Hubo mucha, muchísima ayuda caritativa que por lo menos nos cambió los rostros por un instante que experimentamos que no estábamos solos y solas, y que la solidaridad caritativa se hizo alchilazo por tanta alma buena.

Gracias a Dios, la lluvia cedió y también las descargas. El martes pudimos regresar, por el agua de los drenos, hacia nuestras casas para empezar la limpieza y la constatación del daño enorme y la perdida de los enseres. ¡Qué duro! La alegría por la comida se nos esfumó frente a la constatación de las perdidas. Nos dimos cuenta que por meses dependeríamos de la ayuda para comer y vestir. Nos dimos cuenta de que nos degradaron a ?mendigos??.

¿Y qué debemos de hacer?

Es cierto, de Corazón damos gracias a todos y todas que nos aliviaron con su solidaridad caritativa. Pero hay algo más. Tanto dentro de nuestra zona como fuera urge una solidaridad de justicia.

¿De qué nos sirven paquetes agrícolas si no hay hordas? ¿De qué sirve la ayuda si no se controla la presa? ¿De qué sirven los lamentos y los rezos si se sigue construyendo la nueva presa ?El Chaparral??? El agua que se quiere acaparar en ?El Chaparral?? viene del río Torola que nutre el río Lempa, la vida de El Salvador. Padre Antonio Confesor tiene razón. Si se sigue construyendo ?El Chaparral?? el río Lempa puede secarse y en caso de huracanes nos va inundar más todavía con sus descargas. Pero, ¿Quién se compromete a esta solidaridad? Eso será tocar cables de alta tensión, diría Monseñor Romero. Y Monseñor Romero, nos hace falta para eso. Monseñor Romero decía: ?Orar y no hacer nada, dejar a Dios, no es oración, eso es pereza??. Se requiere pues, la solidaridad por la justicia. La vida humana vale más que la ganancia con la electricidad.

?Nada me importa tanto como la vida humana?? decía Monseñor Romero. Y, sobre el progreso decía: ?No el tener grandes edificios, el tener grandes campos de aviación, grandes carreteras, (y podíamos añadir: tener grandes presas hidroeléctricas), si por ellos no han de pasar más que una minoría privilegiada, y no el pueblo con cuya sangre se hacen todas esas cosas.??(l 1/l l/79)

Aquí afloran cantidad de argumentos, leyes, contratos, convenios que no se pueden cambiar porque la justicia nacional, internacional etcétera?? Justo es quien respeta los contratos en nuestra sociedad actual. Pero el concepto bíblico de la justicia es diferente.
La justicia moderna sale de un presupuesto equivocado, aceptando que los seres humanos somos iguales. Para la Biblia, justicia es liberar a los oprimidos, ayudar a los necesitados, levantar a los pobres. La Biblia, parte de la realidad: la desigualdad entre ricos y pobres??La realidad es que los pobres no tenemos condiciones para defender nuestros derechos. Y eso lo experimentamos nuevamente a raíz de ?AGATHA??.

El Evangelio del décimo domingo ordinario Lc.7,l l­l7 es un claro ejemplo como Jesús actúa. Dos procesiones se encuentran: Jesús y sus discípulos, la procesión de la vida y el funeral con el hijo muerto de una viuda. Dos categorías bíblicas: huérfanos y viudas que son los pobres, los marginados por excelencia. La justicia en la Biblia empieza por ahí, por las víctimas y Jesús restablece la vida. Esa es la enseñanza para nosotros. Los contratos salen sobrando si no defienden a las víctimas. Lean is.58,6­8; Amos 2,6-7 y 5,2l­24; Textos que utilizó Monseñor Romero en sus homilías. Pero Monseñor Romero, fue un discípulo de Jesús de verdad.

No cabe duda que hace falta Jesús, hace falta Monseñor Romero. ¿Cómo lograr para que nosotros los cristianos entendamos que el seguimiento de Jesús pasa por la justicia, por el Reino de Dios, por la esperanza predicada en las Bienaventuranzas.

El hecho es que somos noticia porque nos inundaron. Queremos ser noticia cuando nos levantemos de la desesperanza. ¿Tendremos fuerza del Espíritu para reanimarnos como hermanos y hermanas que estamos en el funeral de Naim?
Hasta tenemos un mal pensamiento que nos da coraje.

Oímos hablar de nuestra zona del Bajo Lempa como una zona excelente para el turismo. Tanta belleza natural, la Bahía de Jiquilisco: una perla de belleza. ¿Será por eso que nos desesperan? Así dicen: ?¿Por qué no salen de esta zona? ¿Acaso no se dan cuenta que no hay futuro? ?Hay que buscar lugares más seguros??.

Así han tratado a los pobres desde la conquista. Así han quitado las tierras del añil para sembrar ?el progreso?? del café. Así han ?heredado?? las tierras donde estamos con el algodón. Ahora ?el progreso?? es ?el turismo??. Y aquí hay muchas posibilidades.
¿Salimos sobrando? ¿Somos obstáculos para el desarrollo? Así lo han dicho a la gente de San Antonio del Mosco, donde están construyendo la presa «El Chaparral??. ¿Somos nosotros y nosotras ahora obstáculo para el Turismo?

?AGATHA?? la primera tormenta tropical, nos vino a despertar.
No solo debemos de ser ?Noticia?? en la desgracia. Debemos de ser BUENA NOTICIA para los pobres. Y eso pasa por la solidaridad para la justicia.