LA SOBERANIA ALIMENTARIA: DERECHO Y DESAFÍO

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Umoya

La Soberanía Alimentaria es fundamental para cada país, para cada pueblo.
Citemos, por una vez, al Sr. Bush hablando de los EE.UU: ?Es importante para nuestra nación cultivar alimentos, poder alimentar a nuestra población, ¿pueden ustedes imaginar un país que no fuera capaz de cultivar alimentos suficientes para alimentar a su población? Sería una nación expuesta a presiones internacionales. Sería una nación vulnerable. Por eso, cuando hablamos de la agricultura norteamericana hablamos de una cuestión de seguridad nacional??

Lo que es no sólo bueno, sino esencial para los EEUU ¿no lo será igualmente para el resto de los países del planeta? Sin duda todos los estados tienen derecho a salvaguardar su agricultura, a proteger sus mercados, a impedir que estos sean invadidos por productos exteriores a precios mucho más bajos que los locales.

Y podemos preguntarnos desde nuestra ignorancia y nuestro paternalismo:
pero ¿no es bueno para los países pobres que les lleguen alimentos a bajo precio?

Tomemos como ejemplo África del Oeste.
?? Cuando el concentrado de tomate no venga de China (pasando por Italia) sino que sea producido localmente por las numerosas mini-industrias cercanas a los campos de cultivo del tomate??
?? Cuando la nuez de coco rallada ya no sea importada de Francia, sino que venga directamente, de los países de la costa, donde habrá sido transformada??
?? Cuando los ganaderos tradicionales produzcan leche todo el año de forma que ya no sea necesaria la importación de leche en polvo y de leche concentrada??
?? Cuando se comercialicen los zumos de fruta y las mermeladas, los bizcochos de harina de maíz, el rico café en grano de Costa de Marfil??

Cuando todo esto ocurra, estos pueblos comprenderán que sus campesinos son capaces de alimentar al conjunto de sus poblaciones y, además, con productos de calidad y sin cambiar sus dietas tradicionales. Cuando esto ocurra comprobarán que el desarrollo va anclándose en sus países.

Pero para que esto ocurra los grandes productores del Norte tienen que cambiar sus mortíferas políticas comerciales.

Si el primer fruto de la soberanía alimentaria es limitar las importaciones de los productos alimenticios a favor de los productos locales, ¿no tendremos, los que vivimos en los países de la abundancia, que revisar nuestro consumo y priorizar los alimentos locales de temporada? Esta opción posibilitaría que nuestros agricultores pudieran vivir dignamente al mismo tiempo que nuestra biodiversidad no se perdería.

El Primer Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria tenido en Sélyngé, Malí, este mismo año, ha puesto de manifiesto el movimiento creciente de campesinos africanos que están dispuestos a unirse y a luchar por sus derechos. Este movimiento es en realidad una gran red que se extiende a todo el planeta.

Es la gran esperanza.