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La Navidad de Jesús supuso un cambio radical en la historia del saber y proceder de la historia humana.
Sin embargo, cada vez son más los ajenos al hecho real de su Encarnación, que acaece en condiciones escandalosamente pobres y no menos escandalosamente
revolucionarias a la hora de deducir y proyectar la convivencia universal de las personas y de los pueblos.
Motivaciones de diverso género contribuyeron a que
tan excepcional acontecimiento se tergiversara bajo
perspectivas de comprensión racional o mitológica, dando
al traste con lo innegable de su base histórica.
En este sentido, la figura humana de María sufrió un
proceso de idealización que la alejaba del contexto real en
que, a semejanza de las demás vecinas del pueblo, se
desenvolvía su vida. A nadie le dio por sospechar que, su
pobreza y humildad, iba a ser determinante en el plan
salvador de la humanidad, protagonizado por su hijo.
Me place ahora sintetizar , el mensaje navideño, tal como lo comenta
Faustino Vilabrille: Dscurso revolucionario de María de Nazaret”-
tan límpidamente revolucionario, anunciado, vivido y proclamado
POR MARIA DE NAZARET Y SU HIJO JESUS.
Imagen real de María de Nazaret y su mensaje para hoy
María es una mujer que nace en Nazaret, un pueblo pobre y
despreciable de Galilea, esclavizada y dominada por el imperio romano.
-María tenía una prima, que se llamaba Isabel y, enterada de
que iba a dar a luz, decide ir a visitarla para acompañarla y ayudarla.
Isabel se emociona y le dice: “Tan pronto como me has saludado,
has hecho saltar de gozo al niño en mi seno”. Y le añade:” Dichosa tú,
que has creido lo que te ha dicho el Señor, porque se va a cumplir”.
Y contesta María: Mira Isabel, yo soy una esclava y, sin embargo, El
se ha fijado en mí. La verdad es que no puedo sino proclamar su
grandeza. Estoy segura de que en el futuro, todos me felicitarán . Te digo
más: El, poderoso, desbarata a los arrogantes, tumba del trono a los
poderosos, exalta a los humildes , colma de bienes a los hambrientos y a
los ricos los despide vacios
Y no veas el gusto con que me quedo aquí contigo por el tiempo
que haga falta.
-Esta manera de ser y actuar de María, nada tiene que ver
con la imagen que, a través de los tiempos, se nos ha transmitido,
asociando a María con las clases más altas de la sociedad.
Si lo que ella dijo entonces, lo dijera ahora, la calificarían de
violenta, subversiva y, por supuesto, de comunista.
-Hay que partir de una premisa elemental: María vivió como la
inmensa mayoría de las mujeres de Galilea: en la pobreza y en la
esclavitud, sin derecho alguno como personas, como si fueran pura
mercancía que se la podía regalar, subastar, vender e incluso aniquilar
No hay sino observar que si la vida de las clases altas era de 60 años, la
de las clases pobres era de 30 años.
-“He aquí, la esclava del Señor”, palabras de María que la
autodefinen, cuando se ve obligada a dar a luz en una cuadra y tener
como cuna un pesebre. Posteriormente, su propio hijo dirá no tener ni
siquiera donde reclinar la cabeza.
En realidad, Jesús vino a anunciar un mensaje, que sonaba extraño
e inédito: frente al poder y riqueza del imperio romano y de los más
ricos, el suyo era un mensaje de liberación, de vida y esperanza , sobre
todo para los más pobres.
En nuestra sociedad, los señores del poder y del dinero siguen
siendo los amos del mundo. El capitalismo neoliberal mima a una minoría
inmensamente rica y poderosa y condena a la mayoría a una
subsistencia pobre e indigente, crea una desigualdad cada vez mayor,
que acumula sufrimientos y penalidades en los más empobrecidos
del mundo. Lo cual –debierán esculpirlo en su conciencia millones y
millones de cristianos- es contrario al Reino de Dios. Reino que Jesús, y
María su madre, anunciaron señalando las bases del mismo: justicia,
amor, igualdad, fraternidad , paz y vida para todos.
* Si no se acaban los ricos, no se acabarán los pobres.
* Si siguen los tronos de los poderosos, seguirán los esclavos y
humildes.
* Y si millones y millones de cristianos no toman esa opción,
vanamente se llamarán cristianos, seguidores de Jesús.
* Dignidad y coherencia, pues, con el Evangelio para que haya
vida en abundancia para todos. Para eso vino Jesús y, unidos a María su
madre, para eso celebramos la NAVIDAD JESUANICA, en su 2021
aniversario.