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La llamada Primavera árabe que tuvo su detonante en Túnez y se extendió por mimetismo al resto de países árabes del arco mediterráneo durante el trienio 2010-2013, sería la primera oleada de protestas laicas y democráticas del mundo árabe en el siglo XXI, movimiento popular sin precedentes caracterizado por la exigencia de libertades democráticas frente a regímenes corruptos y dictatoriales y la mejora de las condiciones de vida de una población sumida en una pobreza severa y un desempleo estratosférico, contando además en el caso de Túnez y Egipto con el apoyo del Ejército. Con dicha revolución asistimos a la llegada a los países árabes del arco mediterráneo de la Tercera Ola mundial de transiciones a la democracia , iniciada en 1974 en Portugal con la Revolución de los Claveles y finiquitada en en la década de los 90 con la tardía democratización de los países post-soviéticos y de Sudáfrica.
La primavera árabe egipcia tuvo su escenificación en la plaza Tahrir del Cairo el día 25 de enero del 2011. ( día de la ira), logrando que el Ejército protagonizara el primer golpe de mano blando en Egipto al forzar la dimisión de Mubarak y sellara un pacto con los Hermanos Musulmanes para calmar el tsunami político de las movilizaciones populares. Posteriormente, las urnas encumbraron a Mohamed Morsi, líder político de los Hermanos Musulmanes egipcios, quien tras la remodelación de la cúpula militar , se revistió de un poder autocrático al reunir en su persona los poderes legislativo y ejecutivo y blindarse ante el Poder Judicial.
Sin embargo, la redacción de una nueva Carta Magna aprobada a finales del 2012 en referéndum creó una brecha entre islamistas y laicos, pues éstos alegaban recortes de derechos y libertades además de facilitar una interpretación islamista de la ley, lo que aunado con la crisis económica galopante y el nombramiento por el presidente Morsi de siete nuevos gobernadores miembros de los Hermanos Musulmanes (uno de los cuales sería miembro del grupo terrorista Gamá Islamiya responsable del atentado terrorista que mató a 58 turistas en 1997 en la región de Luxor), desencadenó una nueva espiral de revueltas sociales en Egipto.
Además, tras la estancia en el poder de Morsi, Egipto se habría convertido en un régimen indefinido en el que la lealtad a los intereses occidentales en Oriente Próximo estaría en entredicho , por lo que tras los intentos infructuosos del Ejército por mediar entre las partes y el enroque de Mursi en la defensa de su legitimidad presidencial , el CSFA ejecutó un golpe de mano virtual rememorando a Nasser (1.956), golpe que contaría con el visto bueno de EEUU al haber dejado Mursi de ser un peón útil para la estrategia geopolítica de EEUU en Oriente Próximo y que sería un episodio local dentro de un nuevo escenario de Guerra Fría entre EEUU y Rusia.
El golpe de mano virtual o postmoderno realizado por el Ejército egipcio contra Morsi podría tener como efecto mimético la traslación a las calles de una campaña de presión contra los Gobiernos islamistas del arco mediterráneo para lograr la intervención del Ejército, con lo que de consumarse el golpe de mano en Túnez y en Turquía, asistiríamos al ocaso de la primavera árabe del arco mediterráneo y a su posterior inmersión en el llamado otoño árabe, fruto de la nueva estrategia de EEUU para la zona tras el evidente fracaso para sus intereses del experimento de exportación del régimen islamista moderado y pro-occidental de Erdogan a todos los países que componen el tablero gigante del mundo árabe-mediterráneo.
Dicha nueva estrategia consistirá en la implementación de ?golpes virtuales o postmodernos? en los países de la zona con el objetivo inequívoco de sustituir a los regímenes islamistas surgidos de las urnas por regímenes militares presidencialistas en el marco del nuevo escenario geopolítico mundial surgido tras el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría entre EEUU y Rusia, quedando Siria y Marruecos como portaaviones continentales de Rusia y EEUU respectivamente.