Tener al cardenal Sarah, un hombre de Guinea que fue nombrado arzobispo a los 34 años, como Prefecto o Director de la Oficina encargada de las celebraciones litúrgicas en todo el mundo, ha sido una calamidad, al parecer de muchos.
Sus propuestas para que las misas vuelvan a ser de espaldas a la comunidad reunida y siempre dirigiendo las oraciones y los signos de culto hacia el oriente…ya no tienen mucho asidero en la realidad de las liturgias actuales.··· Ver noticia ···