LA POSIBLE VUELTA A LA MISA EN LATÍN PREOCUPA EN EUROPA

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Religión Digital

Introibo ad altarem Dei
No es oficial y puede que ni siquiera ocurra. Pero las informaciones de que el Papa Benedicto XVI podría recuperar las misas en latín están provocando encendidos debates entre los católicos europeos.

La polémica fue más fuerte en Francia, donde el clero y los laicos están haciendo sonar las alarmas contra la recuperación de la vieja liturgia.
Los líderes eclesiásticos de Bélgica y Alemania también se han quejado, alegando que la demanda de la vieja misa tridentina era mínima y advirtiendo de que los tradicionalistas podrían usarla para imponer su criterio en asuntos decisivos.

Estas idas y venidas sugieren que Benedicto XVI pueda alienar a muchos católicos de «centro» si opta por un acuerdo que termine con una escisión de 18 años de la Sociedad de San Pío X (SSPX), un grupo con sede en Suiza que rechaza el Concilio Vaticano II (1962-1965).
La misa tridentina es considerada un símbolo del rechazo de reformas modernistas como la mayor participación de los fieles, el respeto por el judaísmo y la cooperación con los protestantes.

La mayoría de los 1.100 millones de católicos escuchan la misa en su propio idioma y no en latín, idioma desplazado por el Concilio Vaticano II, y muchos están de acuerdo con el respeto por las otras religiones que el Concilio estableció como política eclesiástica oficial.
Aún así, los curas pueden decir la misa en latín si tienen un permiso de su obispo. Pero un estudio interno de la conferencia de obispos alemanes del mes pasado revela que pocos sacerdotes se inclinan por esa práctica, y pocos fieles acuden.

La Sociedad de San Pío X, que cuenta con aproximadamente un millón de seguidores en todo el mundo y es especialmente fuerte en Francia, no sólo apoya el uso del latín sino que rechaza lo que su fundador, el arzobispo galo Marcel Lefebvre, denominó las reformas «neo modernistas y neo protestantes» del Concilio Vaticano II.
Benedicto XVI comparte su amor por el latín y por la liturgia tradicional y parece interesado en incorporarlos a la disciplina del Vaticano para que no erijan una iglesia paralela permanente.

Los informes del Vaticano apuntan que el Papa también está listo para satisfacer las demandas de la reinstauración incondicional de la misa tridentina como una alternativa a la liturgia moderna y el levantamiento de las excomuniones a cuatro obispos de la SSPX a quienes Lefebvre consagró en rebeldía.
En una carta abierta, 30 jóvenes curas dijeron que Benedicto XVI, de 79 años, debería animarlos a «trabajar en el mundo como es hoy (…) más que volver a sumirnos en una vida litúrgica de otra era».

( Religión Digital 5-11-06;http://www.periodistadigital.com/religion/object.php?o=495215)