La posibilidad de una inminente guerra nuclear -- Borja Aguirre

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Fidel Castro termina su escrito ‘La felicidad imposible’ con las siguientes palabras: A los pueblos pobres del mundo, […], no nos queda otra alternativa que enfrentar las consecuencias de la catastrófica guerra nuclear que en brevísimo tiempo estallará. En sus escritos pone además un plazo determinado para este ‘tiempo’: antes de que finalice el Mundial de fútbol.

Se puede estar a favor o en contra de Fidel Castro, pero lo que no hay duda es que se trata de una persona bien informada.

Probablemente, el ex-dirigente cubano esté utilizando un lenguaje intencionadamente alarmista y esté elevando a la categoría de hechos reales lo que actualmente son hipótesis o probabilidades. Podemos suponer que lo que está tratando de hacer es llamar la atención mundial sobre un peligro que se cierne sobre el planeta. Porque, después de todo, esas hipótesis o probabilidades son, desgraciadamente, bastante reales.

No se trata solamente de Fidel Castro. Diversos analistas internacionales (destacamos a Noam Chomsky en Rebelión y a Michel Chossudovsky en Global Research, pero pueden encontrarse muchos más en la red) hablan de este peligro inminente, que está encontrando un muy escaso eco en los medios de comunicación habituales. Podemos afirmar con seguridad que este silencio no se debe a su falta de información sobre el tema, sino a otras causas.

Puede que a algunas personas les extrañe que Obama, el actual premio Nobel de la Paz, esté cercano a meterse en una encrucijada tan peligrosa. Las dudas se disipan cuando constatamos que Obama no está, en realidad, al frente de su propio ejército, y no es él quien toma las decisiones últimas sobre la política exterior de su país. Hay manos por encima de las suyas. Por poner un ejemplo curioso, ¿no es extraño que el jefe del Pentágono, el Secretario de Defensa (y número tres del gobierno de EEUU), el republicano Robert Gates, haya continuado en su cargo desde que le nombró George Bush? Sin caer en teorías ‘conspiranoicas’ de best-seller barato, es bastante razonable pensar que hay varios lobbies de poder planetario, con ganas de ejercer. Un análisis sistemático y contrastado, utilizando medios de comunicación habituales y alternativos, nos puede dar mucha información sobre estos asuntos.

Puede sorprender también que una nación como los Estados Unidos, que está embarcada en varias guerras, esté a punto de iniciar, junto con Israel (o quizá después de Israel) una guerra más terrible que las anteriores. Aunque, visto con perspectiva, la lógica es aplastante: Estados Unidos es una economía en declive, que sin embargo tiene un poderío y una presencia militar equivalente al resto de las fuerzas armadas del planeta en su conjunto. Con ese declive, crece la tentación de utilizar la guerra para apropiarse de los recursos que necesita, y de paso alejárselos a sus enemigos. Una tentación, la guerra, que además proporciona sustanciosos beneficios a su poderoso complejo industrial-militar.

Parece un asunto demasiado alejado de nuestras capacidades como para poder hacer algo. Sin embargo, la primera obligación personal ante estas circunstancias es buscar y conocer la información correcta, y la segunda obligación es difundirla. Solamente las mentes informadas, sobre todo si es de forma masiva, son las que pueden detener o amortiguar golpes tan terribles como los que nuestro mundo puede estar a punto de recibir.

Ojalá, como él mismo desea, Fidel esté equivocado, y esta amenaza se quede en lo que actualmente es, una posibilidad.

El autor agradece la difusión de este artículo por cualquier medio.