Cáritas de BCN ya ha atendido a más pobres que en todo el 2007
Los servicios de Cáritas en Barcelona están desbordados por el incremento de personas necesitadas que acuden a pedir ayuda. Lo mismo puede decirse de otras diócesis catalanas y españolas, de otras oenegés y de muchos otros países.
A falta de tres meses para acabar el ejercicio, Cáritas de las diócesis de Barcelona, Sant Feliu de Llobregat y Terrassa ha atendido a 32.000 personas, 5.000 más que en todo el año 2007, y se prevé llegar a las 37.000 a finales de año. Los demandantes acuden en busca de ayudas tan básicas como alimentación, ropa o dinero para poder pagar el alquiler, un recibo o un plazo de la hipoteca.
Y eso que lo peor de la crisis está por llegar. Detrás o a continuación de la crisis financiera está la economía real en bancarrota y con ella miles de parados, a lo que hay que sumar el incremento de los tipos de interés.
Familias que el espejismo de unos años de dinero barato les animó a adquirir viviendas con hipotecas cuyo pago o bien estaba lejos de sus posibilidades o requería que todos los adultos de la unidad familiar trabajasen, se encuentran ahora golpeadas por el paro y teniendo que decidirse entre el desahucio o la comida. Y serán muchas más en el futuro próximo. Estos desheredados se suman a los pobres que ya lo eran antes de la crisis, en particular ancianos con pensiones insuficientes, parados de larga duración y mujeres solas.
La gran tarea de las oenegés que trabajan con la población con mayores necesidades no debe servir para que las administraciones rehuyan sus responsabilidades. Como bien dice el presidente de Cáritas de Barcelona, estas entidades no sustituyen los deberes de un Estado del bienestar.