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Si ya sabíamos que las personas con escasos recursos económicos se desenvuelven peor en la vida, ahora, según unos investigadores del Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, sabemos que ?la pobreza en sí misma, al margen de la alimentación, el estrés o la influencia del entorno sociocultural, consume recursos mentales del individuo y reduce sus capacidades cognitivas. Es decir, que al estar inmerso en la preocupación económica que afecta directamente a su vida, la persona tiene mermadas sus capacidades mentales??.
Está claro que vivir siempre entraña riesgos, pero vivir en la pobreza los multiplica. Es evidente que para enfrentarse a los problemas que nos plantea la existencia hacen falta agallas, pero también recursos intelectuales y pecuniarios. Y, en cuestión de recursos, todos sabemos que los ricos juegan con ventaja sobre los pobres. Una ventaja que no parece estén dispuestos a perder a tenor de las políticas antisociales que el poder económico está imponiendo, tanto en nuestro país como en la mayor parte del planeta.
. Valladolid