Enviado a la página web de Redes Cristianas
La pregunta que nadie se hace oficialmente: ¿quién o quiénes son los culpables de la peste bíblica de este virus prefabricado?
Los contagios no paran. A diferencia de otros virus a los que la temperatura y humedad ambiente afectan lo suficiente como para no enfermar al organismo, a éste, de las 150 clases de ellos que, se dice, existen, no les influye ni la temperatura ni la humedad y sigue haciendo de las suyas en pleno verano en el hemisferio occidental.
Se acentúa cada vez más la alarma y los epidemiólogos siguen sin saber no mucho más de este virus que al principio… Bien. Aceptemos la prevención neurasténica. Aceptemos que la distancia entre individuos sea cada vez mayor, aceptemos que las mascarillas sigan tapando la cara hasta para dormir; evitemos cualquier contacto, no sólo físico sino también síquico, no sea que los malos deseos influyan en el contagio, etc, etc. Todo muy bien por lo que concierne a los poderes públicos en ese aspecto facilón del prohibir, del perseguir, del multar y si es preciso del encarcelar…
Pero sabiendo, como sabe ya todo el mundo, que este virus concreto está fabricado, tallado y programado para causar los estragos sanitarios que está causando pero también los económicos, psicológicos y de toda las clases imaginables ¿a qué se debe que los medios y las instituciones callen; ¿por qué nada dicen absolutamente de ello y nada hacen para abrir una investigación profunda a escala mundial, y a continuación detener y juzgar a esas mentes criminales situadas en lo más alto de las esferas de la investigación y de la técnica epidemiológicas?
No es tan difícil dar con los autores. Están necesariamente entre los 1.400 mayores multimillonarios del mundo. Después se hace una criba de los que tienen que ver con la industria farmacéutica, luego se cierra el cerco a los que tienen relación con biólogos y epidemiólogos de mucho postín. Seguro que se da con los autores. Pues, como con tantas otras cosas de la sociedad, todo depende de la voluntad política, de la voluntad de los investigadores y de la voluntad de la magistratura. Sobre todo en tiempos en que todo está controlado y en condiciones de saberse lo que piensas y las intenciones tanto del sabio como del necio…
Sea como fuere, la responsabilidad del Poder y de los gobiernos, y el desprecio que nos provocan, por si fueran pocos los motivos de desprecio que nos causaban, es que hablan y se comportan como si este virus nos hubiera llegado del cielo cuando saben muy bien que no es así y que nosotros lo sabemos también? ¿A quienes protegen? ¿Por qué les protegen, siendo así que si hay algún remedio o vacuna son ellos necesariamente los que han de poseerlos? En todo caso, yo, personalmente, pero imagino que también muchos miles de millones de personas en el mundo, les maldigo y les deseo lo peor para ellos y para todos los suyos…
14 Agosto 2020