Damos por terminada la Cuaresma. Tiempo de silencio para escuchar aquello que el ruido ensordece, de recogerse para encontrarse con lo más íntimo de cada uno, de ayuno para compartir y recordar la vida de aquellos que no tienen (y aquellos a los que no dejan tener), de abstenerse para recordar que no lo podemos todo, que somos finitos y penúltimos. Y esto nos hace más humanos, más conscientes, en definitiva, más libres. Los cristianos lo hacemos en Cuaresma para prepararnos para la Semana santa, el tiempo espiritual más importante del año litúrgico; los musulmanes tienen el Ramadán. ··· Ver noticia ···