En nuestro mundo, encadenado por la crisis de un sistema que no admite reformas y que cada día crea más victimas para saciar el lucro de una minoría, dominado por la violencia, cargado de impotencia y pobreza, la Navidad nos hace una llamada fuerte a la fraternidad, a la esperanza, a la lucha solidaria. ¡Porque Dios brilla en medio de la crisis!
El niño que nace no habla, pero es la Palabra; no anda, pero es el camino; tiembla de frío, pero enciende corazones. Dios se hace carne nuestra para decirnos que otro mundo es posible y que otro corazón humano es posible.
Por todo ello nos sorprende el que nuestros queridos obispos no han sido capaces, por ahora, de ponerse de acuerdo para levantar su voz ante la crisis económica que tanto sufrimiento está causando a los españoles. Hace varias semanas la revista Vida Nueva decía que, aunque la permanente de la Conferencia Episcopal no estaba de acuerdo con hacer un documento, sí había obispos fuera de la permanente que deseaban escuchar alguna palabra de denuncia y de consuelo. Es triste reconocerlo, pero cada vez hay menos personas a las que no les interesa lo que diga o deje de decir la Iglesia, asegura Vida Nueva en su número 2724.
Pero hay honrosas excepciones que intentan ir más allá de las palabras o el silencio y apuntan por otro funcionamiento de las empresas, como defiende la Subcomisión Episcopal de Pastoral Obrera y los movimientos de Acción Católica, entre ellos la HOAC. Una de estas iniciativas ha sido el Fondo Diocesano por el Empleo, creado a instancias del obispo de Ciudad Real, Antonio Algora. Este fondo financia, con la aportación de todos, mediante micro créditos, proyectos de autoempleo y pequeñas empresas. Otro gesto muy significativo nos llega desde Sevilla: la Fundación de lucha contra el paro cardenal Espínola que data de los años 90, estimulada por el cardenal Carlos Amigo. Esta fundación concede micro créditos para pequeñas empresas que lo bancos se niegan a financiar.
¡Mientras llegamos a una solución global, empecemos por la lista de cosas a inventar! Como el grupo de Focolares de la parroquia de san José Obrero de Elda (Alicante) que ha creado una empresa solidaria, denominada “Encinar de Mambré”. O como el ayuntamiento de El Puerto de Santa María que decide no poner alumbrado especial en Navidad para ayudar a los parados, o la Asociación de empresas de peluquería y belleza de Málaga que han renunciado a celebrar la Cena de Navidad para favores a indigentes.
O como algunos ayuntamientos, obispados, ciudadanos o militantes de la HOAC y de las CCP que ponen sus ahorros en la llamada banca ética FIARE porque creen firmemente que es posible otro sistema bancario que esté al servicio de la justicia, la cooperación, la igualdad, la solidaridad y a la transparencia, tan escasa en la banca convencional. Todos estamos llamados a solucionar el problema. Los promotores de estas solidarias iniciativas son conscientes de que no van a solucionar el problema del paro, pero, aunque sólo se financien unos cuantos proyectos cada año, ya vale la pena nuestro esfuerzo. ¡La Navidad te dice: no maldigas la oscuridad, enciende una cerilla!