La inseguridad de algunos de la radio -- Leonardo Belderrain (Buenos Aires)

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¿ Que dios puede estar seguro en el pensamiento Liquido?
Cuando se escucha decir en una radio: murió otro delincuente; por fin uno menos, o que la violencia se acota teniendo armas en tu casa; o cuando se hace humor con el padre Farinello y un periodista pregunta ¿usted padre se la come?, queda latiendo la pregunta: ¿cuándo empieza la violencia que todos llevamos a nuestra casa?

¿Cuando algunos asesinos entran, o cuando tomamos un micrófono de radio y tiramos a mansalva? las metáforas no solo tornan nuestro pensamiento mas vivido sino que estructuran nuestras percepciones y nuestra comprensión, es decir, estructuran que es la vida para nosotros y que será en el futuro. El uso continuo del lenguaje refuerza las formas en que los hablantes perciben la realidad, y les dificulta la capacidad para cuestionar sus hábitos lingüísticos. Nuestro lenguaje determina en nosotros una manera de ver y oír, algo que pasa por ser la única representación «natural» de las cosas.

El sistema penal nuestro para no pocos juritas es el ejercicio y la materialización de la violencia primero sentida y luego expresada. El poder punitivo, el poder de castigar como único remedio a los conflictos humanos es un acto de violencia, estatal si, pero violencia al fin y el acto más terrible de esa violencia es el encierro. NO EXISTE EN LA IDEA INFRACCIONAL DEL DERECHO PENAL CONFLICTO ENTRE PARTES Y LA POSIBILIDAD DE SU SOLUCI?N, SIEMPRE HAY DESOBEDIENCIA AL R?GIMEN y castigo de la misma, es la única forma de entender que sea siempre el único y mismo castigo.

Ahora bien, existe una criminología mediática que avala estas posturas, y no predicada por criminólogos sino por políticos de derecha en campaña, por medios de derecha que hacen humor con cualquier suceso y que terminan por subestimar y hacer aflorar los más bajos prejuicios sociales bajo el paradigma del terror y la seguridad . No plantean al delincuente como un ser humano en conflicto con otros y con la propia estructura desigualitaria social, sino como un DESOBEDIENTE y reclaman solo castigo para el que desobedezca el mandato social que es la protección del sistema capitalista que sostiene que la diferencia y la desigualdas social es racional y que es la libertad lo que permite que haya personas ricas y otros que no lo son porque eligen otra cosa.

Eugenio R. Zaffaroni, en una obra (la palabra de los muertos) desarrolla este tema en forma minuciosa y habla que a esta criminología facista y medíatica solo se le puede oponer una criminología cautelar. La mirada cautelar es que siempre se es víctima, como bien dice Ferrajoli, el maestro italiano, en la conflictividad social existen dos víctimas, la del delito primero, y la del delincuente frente al ejercicio irracional del poder punitivo.

No es poco lo que logran estas prédicas que señalamos, en primer lugar endurecimiento del garrote penitenciario, más tiempo adentro en razón de penas más duras, en segundo lugar mas ejercicio de la violencia policial a lo que de lugar, en tercer término aumento del uso de la prisión preventiva (presos sin condena) y de ciertas formas abreviadas de concluir el juicio penal omisión de debate o juicio abreviado (condenados sin juicio), etc. pues también demanda a través del repiqueteo constante, más eficacia, que se traslada en la ecuación de más encierro. Es decir que como sociedad civilizada, para solucionar los conflictos solo usamos el encarcelar.

Se puede afirmar que el sistema carcelaria y el mundo tumbero que construyen los medios sirven sólo para poner más violencia en los internos. Se puede dudar de la palabra liberadora o domesticadora que tenemos capellanes y pastores para reinsertar o postergar a los presos laboralmente. Se puede pensar y decir mal del penitenciario que no ve otro modo de progresar económicamente en la cárcel que vendiendo droga a los internos, si se tiene un buen cargo, o celulares requisados si se tiene un cargo de bajo rango y bajo sueldo. Se puede dudar y hablar con escepticismo si algún día se premiará a los grupos o a las iglesias que en serio reinserten laboralmente. Pero de lo que no es posible dudar y estamos obligados a hablar de ello, que como hablamos de la marginalidad convocamos inconcientemente la energía que se tiene.

Si nuestra vida es promover a los otros, no hace falta defendernos y menos con armas.

Si nuestra vida es sólo defendernos del ?lumpen?? o del lobo.

El lobo viene, y en materia de seguridad creo que es sesgado supeditarnos al azar; al revés, me parece que se puede matar al padre Mugica por su compromiso de solidaridad, pero no creo que muera quien es amor. Sí puede morir quien se arma para defender su amor. El amor se defiende solo.

Cuando Francisco de Asís domesticó al lobo de Gubbio, muchos gritaron: ¡¡ milagro, es un santo!! Francisco respondió: milagro sería si los habitantes de Gubbio creyeran en su amor; sólo así no tendrían miedo y no serían violentos no solamente con los lobos. En el pensamiento líquido solo están en seguros, los que flotan, los que en serio logran estar en paz consigo mismo, los que creen en el poder de sus almas.


Padre Leonardo Belderrain capilla Santa Elena Parque Pereyra Iraola