La indignación de África, más allá del G-20

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Umoya

El libre mercado exaspera los desequilibrios en la distribución de la riqueza en una fase histórica, la de la globalización, envenenada por un creciente déficit democrático: es la reflexión que domina un documento publicado por la Conferencia Episcopal de Tanzania, en vísperas de la cumbre del G20 en Cannes.

?El sistema del libre mercado crea y mantiene grandes desigualdades en la distribución del rédito y la globalización acabó por agravar estos desequilibrios en algunas áreas??, escribe el autor del texto, el padre Vic Missiaen, secretario de la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal. El documento afirma que la globalización ?ha reducido el poder de la democracia??, con gobiernos capaces de operar ?sólo a nivel local?? y una agenda política mundial ?dominada por las grandes potencias??.
El tema fundamental es que la ?causa primera?? de la crisis financiera son el egoísmo y la avidez. ?El sistema entero está estructurado para generar ganancias ?señala el padre Missiaen? y olvida el otro objetivo esencial de las instituciones financieras: la protección de los ahorros individuales y colectivos??.

Mientras en Cannes los vetos cruzados bloquean el acuerdo sobre una tasa sobre las transacciones financieras, los obispos de Tanzania piden redescubrir ?una perspectiva moral en la que el bien común y la solidaridad se vuelvan objetivos políticos globales??.

Según el padre Missiaen, el objetivo puede ser alcanzado sólo por medio de presiones conjuntas sobre la política ejercidas por la Iglesia, las asociaciones, el sistema de la información y los sindicatos. Este trabajo de base, afirma el texto, debe estar animado por ?una cierta indignación moral contra los peores aspectos de la economía del libre mercado??.

De ahí las referencias al movimiento estadounidense ?Occupy Wall Street? (?Ocupen Wall Street?) y a las revueltas de África del Norte, a las manifestaciones en las capitales europeas y a las marchas menos imponentes pero tan significativas como aquellas, que este año se han realizado en Uganda, Kenya e incluso Tanzania.

La ?indignación?? se ve alimentada por los debates paradójicos sobre el 0,7% del Producto Bruto Interno que los países ricos se comprometieron a destinar a la ayuda para el desarrollo. ?Son porcentajes ?escribe el padre Missiaen? que no tienen sentido si se las compara con las sumas que se gastan en guerras y armamentos o que terminan en el circuito de la especulación financiera??. [VG] ? Tradujo [NBJ]

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