El pasado 28 de marzo se publicaba en EL PAÍS un artículo titulado La Iglesia se presenta a las elecciones en el que se exponía como estaba actuando esta organización ante las inminentes elecciones municipales y autonómicas. Hoy, el nivel es más elevado, se trata de las generales pero la táctica es la misma. Desde la Conferencia Episcopal vuelven a «orientar a los votantes católicos para que no caigan en errores que pueden llevarles a votar una opción que no sea acorde con su fe» o, siendo prácticos, con sus intereses.
A pesar de las constantes cesiones que el PSOE ha hecho en un intento por lograr al menos la imparcialidad de la Iglesia, esta no está dispuesta a perdonar las graves «ofensas» recibidas desde el Gobierno (ley del aborto, matrimonio homosexual…); por eso, no dudará en hacerles pagar tales agravios dando una última vuelta de tuerca a un Gobierno socialista que todos creen desahuciado. Así pues, como viene siendo tradición, la Iglesia se presenta a las elecciones, aunque esta vez lo hace con la sensación de verse ganadora.