Que la Iglesia católica es una organización conservadora y elitista no sorprende a nadie a estas alturas, pero que vaya en contra de “sus” pobres, con la que está cayendo, eso ya no lo entiende nadie. Estamos acostumbrados a ver a la jerarquía con los altos cargos, gobiernos, alcaldes, banqueros,… pero rara vez con el pueblo al que sólo se dirige para arengarlo en manifestaciones antiaborto, antihomosexual, anti-gobierno socialista… Pues bien, el último despropósito lo ha representado la desautorización de Rouco Varela a sus “bases trabajadoras” (HOAC y JOC).
Éstas piden que no se use la crisis como excusa para liquidar derechos, a lo que la jerarquía contesta que se deben desautorizar sus palabras “a la mayor brevedad”, y es que hay que darse prisa cuando los pobres levantan la voz, aunque sea poquito, no vaya a ser que alguien los escuche y haya que hacerles caso.— Nicolás Aljarilla Pérez.