Parecería prudente ?desde la lógica del catolicismo- que los jerarcas de la Iglesia se preguntaran por las razones de la crisis que atraviesa la institución. Cuando Manuel Azaña, el 14 de octubre de 1931, afirmó en el Congreso de los Diputados, que ?España ha dejado de ser católica?? ?lúcida frase, descontextualizada de forma vil por la caverna-, no imaginaba probablemente que su aseveración acabaría siendo una profecía.
Empieza a cumplirse. Según datos del CIS, sólo un 18´3 de los contribuyentes destina parte de sus impuestos al sostenimiento económico de la Iglesia. En 1991, la cifra era mucho más alta. Hace 16 años, el 41 por ciento de los españoles apoyaba con sus impuestos la estructura eclesiástica española. Tales datos ?difundidos ayer por elplural.com- han ido cayendo paulatinamente.
Aunque un 80% de los ciudadanos se declaraban católicos en 2006, el número se ha recortado actualmente en tres puntos. He aquí otro síntoma del desapego de no pocos españoles respecto a la doctrina cristiana oficial. El distanciamiento en relación a tal doctrina es enorme, como es fácil de comprobar en la vida cotidiana.
En la presentación del último libro de Aznar, se encontraba el cardenal Cañizares, arzobispo de Toledo, vicepresidente de la Conferencia Episcopal y primado de España. Cañizares es, además, un hombre próximo a Benedicto XVI y es ampliamente conocido por sus planteamientos similares en el fondo al nacional-catolicismo, uno de los puntales del franquismo.
¿Qué hacia Cañizares en ese acto? Respaldar la opción popular. Fernando Sebastián, hasta hace poco obispo de Pamplona ?un antiguo taranconista convertido al fundamentalismo neocon- incluso fue más lejos al recomendar, antes de las municipales y autonómicas, el voto favorable a partidos de extrema derecha. La jerarquía católica ha regresado conceptualmente al Antiguo Régimen.
Para desgracia de muchos creyentes, la Iglesia católica ha pasado a ser un tentáculo más del PP. No es una apreciación exagerada. La COPE se ha convertido en el faro que ilumina la estrategia genovesa. O que la rectifica incluso. La emisora confesional está volcada, mañana, tarde y noche, en contra del Gobierno y de cualquier partido progresista o nacionalista periférico.
La Iglesia viene apostando por ser pieza destacada del holding conservador. No parece fácil, sin embargo, que la gente esté dispuesta a creer que, de hecho, Cristo murió en la cruz para salvar a la derecha. Resulta ofensivo, monseñores, confundir derecha con humanidad. Pero, ¡enhorabuena!, han conseguido ustedes que la Iglesia sea del PP.