?La Iglesia en solidaridad con los trabajadores y sus familias??. Con este lema, la pastoral obrera de la diócesis de Cádiz y la pastoral social de la de Jerez quisieron celebrar ayer el Día del Trabajo y volver a demostrar su apoyo y colaboración con la situación que atraviesan en la actualidad los trabajadores de la factoría de Delphi en Puerto Real.
Iglesia, trabajadores y factoría fueron los protagonistas de la tarde del Primero de Mayo. A las puertas de la factoría puertorrealeña, y a las seis en punto de la tarde, se hacía lectura de un manifiesto de apoyo a los trabajadores ante el ?cierre empresarial más arbitrario e injusto de la historia empresarial y económica de la Bahía de Cádiz??, fruto de la ?inmoral decisión de la empresa??, leía uno de los organizadores del acto, que preguntaba a los responsables de Delphi si ?os importa algo la dignidad de los trabajadores??.
Bajo el grito unánime de ?¡Delphi no se cierra!??, tan sonado y entonado en los últimos meses, los alrededor de dos mil personas que acudieron a la convocatoria iniciaron la marcha que recorría el tramo entre la factoría y la parroquia del Río San Pedro, cuyo párroco marchaba al frente de la manifestación. En media hora, la pancarta elaborada por las pastorales obrera y social alcanzaba el templo.
Allí esperaban los obispos de Cádiz y de Jerez, Antonio Ceballos y Juan del Río, respectivamente, que a las siete de la tarde oficiarían la eucaristía del 1 de mayo, dedicada de manera especial a los trabajadores de Delphi y a la situación por la que atraviesan. De hecho, Ceballos comentaba antes del inicio de la celebración litúrgica la intención de la Iglesia de elevar el mensaje de que ?siempre está sensible a las alegrías, las penas, los gozos y las dificultades por las que atraviesan los trabajadores??. Por eso, el prelado quiso enviar un ?mensaje de solidaridad y de esperanza, para decirle a los trabajadores que estamos con ellos??.
La misa preparada por las pastorales obreras de las dos diócesis contó con la activa participación de los trabajadores, del comité de empresa y de las mujeres de los afectados. La nave semicircular de la parroquia de San Pedro Apóstol se llenó de símbolos y elementos alusivos al cierre de Delphi, desde los pañuelos amarillos que colgaban en muchos cuellos, los lazos del mismo color que lucían en camisas y jerseys o las pegatinas, hasta las oraciones y las ofrendas que realizaron los afectados, entre la que destacó la de una de las pancartas que se han desplegado en las diversas manifestaciones y actos convocados.
Más de treinta sacerdotes de las dos diócesis, acompañando a sus respectivos obispos, servían también de testimonio de esa sensibilidad de la Iglesia ante la situación laboral de la bahía. ?Debemos poner los ojos en nuestros hermanos de la clase obrera que sufren situaciones de injusticia??.
Con la parroquia de San Pedro llena de público, un representante de los trabajadores hizo un repaso por la experiencia que están viviendo desde que anunciaron el cierre de la factoría, de la que dos meses después ?continuamos sin tener una solución??.
Acto seguido, el obispo Antonio Ceballos centró su homilía en la crisis industrial que ha desatado el anuncio de cierre de Delphi, mostrando el ?sentimiento de solidaridad y fraternidad ante esta dolorosa y penosa situación de los trabajadores??, a los que quiso enviar un mensaje de esperanza. ?Para Dios nada hay imposible??, afirmó el prelado de la diócesis de Cádiz y Ceuta, quien rogó a Dios ?que ponga remedio a esta situación, que estoy confiado que lo hará??.
Con estos mensajes de esperanza y símbolos de apoyo por parte de la Iglesia en una jornada tan señalada, el Río San Pedro volvió ayer a unir a toda la bahía en contra del cierre de Delphi.