La hora de los cuchillos largos contra trump….. su ala màs radical le presiona y ataca -- J. Jaime Hernández

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Todo empezó la noche del miércoles con la inesperada noticia de un principio de acuerdo con los demócratas para garantizar a los Dreamers una tabla de salvación legislativa que los proteja una vez que termine el Programa de Acción Diferida (DACA) el próximo 5 de marzo.
A partir de ahí, el sector más radical y extremista del partido republicano y el ala supremacista que encabeza, Steve Bannon, estalló en cólera y le declaró la guerra a Donald Trump:

?El acuerdo es una amnistía??, gritó el portal de noticias Breibart News desde su primera plana al bautizar a Trump como ?Don Amnistía??.

?No es una amnistía?? Lo único que buscamos es que se queden (los Dreamers) aquí??, respondió con carácter urgente Donald Trump, en un desesperado intento por sofocar la revuelta en el seno de esa base electoral que hoy le acusa de traidor.

Pero las aclaraciones de Donald Trump no han servido de mucho para tranquilizar a quienes le encumbraron en noviembre pasado a la presidencia. Desde sus cuentas de twitter, Anne Coulter, comentarista de radio y una de las más entusiastas de la causa antimigrante, vociferó desde su cuenta de twiter:

?Si no se construye el Muro, prefiero al vicepresidente Mike Pence?? ?? ?A estas alturas, quien no está a favor de enjuiciar a Donald Trump???.

Steve King, congresista republicano por Iowa, y un hombre que ha abogado a favor de que los Dreamers delaten y entreguen a sus propios padres indocumentados, amenazó a Trump con el abandono en estampida de su base electoral:

?Si las noticias (de un acuerdo con los demócratas) son ciertas, la base de Trump estallará??, aseguró.

En medio de una ceremonia de la confusión, Donald Trump intentaba tranquilizar a su base. El intento, sin embargo, se ha convertido en una confusa danza de medias verdades y mentiras que sólo ha revelado su falta de liderazgo y su incapacidad para disfrazar su eterna ambigüedad; su doble cara y su oportunismo craso cuando se trata de alcanzar acuerdos.

Si el acuerdo alcanzado a última hora del pasado miércoles con el liderazgo de la minoría demócrata en el Congreso se viene abajo, gran parte de la culpa la tendrá un Donald Trump incapaz de tomar las decisiones difíciles.

De asestar un golpe de timón que le permitiría ampliar su margen de negociación en el Congreso para sacar adelante su agenda legislativa.

Como por ejemplo, su proyectada reforma fiscal que cuenta con el respaldo de las grandes corporaciones. O conseguir la desesperada ayuda de reconstrucción que necesitan estados como Texas y Florida tras el paso de los huracanes Harvey e Irma.

Por otro lado, un posible acuerdo permitiría a Trump liberar presión de esa olla a punto de estallar con la acumulación de pruebas y evidencias que apuntan hacia la posible colusión de su campaña con los servicios de inteligencia rusos.

Barack Obama solía decir que, en una negociación, ninguna de las partes podrá siempre declarar victoria al 100%.

?Alguien tiene que ceder y nadie puede ganar del todo??.

Irónicamente, a pesar de presentarse a sí mismo como un experto ?en el arte de la negociación??, Donald Trump ha comenzado a experimentar este viejo principio de la negociación en política.

Con lo cual, en el curso de los próximos días asistiremos a un tedioso espectáculo de estira y afloja entre la Casa Blanca y el Congreso. Una puesta en escena en la que demócratas y republicanos intentarán sacar la mayor partida de este arduo y complicado proceso de negociación que decidirá la suerte de los casi 800 mil Dreamers que se han convertido en moneda de cambio.

Asistiremos al viejo espectáculo del forcejeo en el Capitolio en el que los republicanos tratarán de sacar mayores recursos para el Muro fronterizo y la fuerza de deportación masiva que ha anunciado Donald Trump, mientras los demócratas insisten en que ningún acuerdo será posible si los Dreamers no cuentan con una legislación que les sirva como tabla de salvación el próximo mes de marzo de 2018, cuando el Daca lanzará sus últimos estertores.

Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales