La Vanguardia
Una actitud sonriente por parte de un ciudadano chino cuando se le está abroncando no se ha de interpretar como que pasa o se ríe de quien se lo dice, sino todo lo contrario. Esta persona, por medio de la sonrisa, quiere congraciarse con el otro. Consejos tan sencillos como éste Forman parte de la Guía para el conocimiento de la diversidad religiosa dirigida a los servicios policiales De Catalunya, que ha editado Unescocat con el apoyo del Departament d’Interior de la Generalitat.
Como afirmó ayer durante la presentación de la guía la consellera de Interior, Montserrat Tura, Catalunya ya no es “ni monoétnica, ni monocultural, ni bilingüe, ni monoconfesional”, porque en los últimos años se ha multiplicado el número de ciudadanos procedentes de distintos países y religiones. Y para afrontar esa realidad se ha creído oportuno editar una guía para “favorecer las buenas prácticas a través del conocimiento”, según señaló Agustí Colomines, director de la oficina de la Unesco en Catalunya.
El libro ofrece datos sobre la implantación de las distintas religiones, sobre el número de templos (se descubre que hay 141 salones de Testigos de Jehová, 139 oratorios y 28 templos budistas) en Catalunya y sobre otros detalles, como fiestas, modo de vestir, vocabulario y costumbres relacionadas con cada confesión. Así, de la Comunidad china se recuerda que tienen fiestas como la del Año Nuevo, que tiene lugar a mediados de febrero, o la del inicio de la primavera, el 4 o 5 de abril. También se explican detalles sobre el trato personal y las dificultades de comprensión lingüística que se presenta cada vez que un ciudadano chino se dirige a la policía y se sugiere la presencia de traductores para poder atender las denuncias por robo en las comisarías.
El objetivo de la publicación es facilitar la convivencia. De ahí que se ofrezcan todo tipo de recomendaciones. Al hablar de los subsaharianos se explica que realizan a menudo “celebraciones improvisadas” con motivo de un bautismo u otras fiestas con animadas conversaciones, sonido musical y danzas. “Pueden ocasionar molestias a los vecinos, sobre todo si se alarga la celebración ya bien entrada la noche”. Se indica que en el caso de los sijs, “el movimiento de gente en el rellano de los pisos donde se celebra el culto no pasará inadvertido, como tampoco el gran número de zapatos”. Incluso se explica el problema de que el culto se acompaña de comida, con lo que debería aplicarse a esos locales la normativa de restaurante si se cocina para todos.
De lo que se trata es de que los Mossos no actúen con los parámetros habituales. Así, el que unos padres no recojan al niño a la salida del colegio no debe tomarse como un abandono, porque puede que en sus países fuese normal que los hijos volvieran solos a casa. A los agentes que realizan un registro en un oratorio o en un templo hindú se les recomienda que si no es necesario no entren con perros. O que procuren no pisar con sus botas la pequeña alfombra sobre la que reza el musulmán. Y si hablan con un subsahariano que levanta la voz y habla rápido y animado no deben interpretar que está nervioso o enfadado, es su forma de comunicarse.
“Queremos que las policías sean más modernas, más formadas, más humanas y que sean capaces de sacarse de encima cualquier corteza del pasado”, afirmó Colomines, tras presentar esta guía, que desde hoy será libro de cabecera policial.