Después del derrumbamiento en los años 90, la mina subterránea de Kamoto vuelve a estar de actualidad. El despertar económico de la Provincia minera de Katanga ha atraído la voracidad de varios operadores mineros. Evidentemente, son los que llegaron primero los que se han llevado la parte del león. Una vez terminadas las elecciones de 2006 ha vuelto la estabilidad, y los grandes están expresando sus ganas de participar en el pastel.
Solo que, los que ya están establecidos allí, no están dispuestos a despojarse de sus privilegios, desgraciadamente, obtenidos en tiempo de guerra. Así, el lugar escogido para acceder a los ricos yacimientos mineros de Katanga es el de la Bolsa de valores mobiliarios donde se ha situado la mayor parte de las empresas mineras presentes en la RDC. El combate actual se juega por el control de la mina subterránea de Kamoto. Una vez más, se juega el último escenario en la rica provincia de Katanga indicado por ?Trend tendantes??, una revista belga con el título de ?Guerra sin cuartel en las minas congoleñas??.
Lo que se está jugando es, evidentemente, el control de la explotación de la mina subterránea de Kamoto, que se desmoronó a principios de 1990. Dos grupos mineros, Camec y Nikanor están librando una lucha encarnizada por el control de Katanga Mining Limited (KML), grupo minero cotizado en la Bolsa de Toronto, en Canadá, en la que el belga Georges Forrest es uno de los accionistas. La batalla es bronca, tan dura, que ha terminado por traspasar el círculo de la discreción.
Pues, Nikanor, en la que encontramos a Dan Verter, ya en RDC a través de Emaxon, ha movilizado a su estado mayor para acceder a la explotación de la mina subterránea de Kamoto, a pesar de los títulos que posee la DRC Copper and Cobalt Project (DCP). Su representación en RDC ha recibido del Estado congoleño la autorización de explotación de las minas de Kov, también en Katanga, que comprende la mina al aire libre de Kamoto, Oliveira y Virgule. Sin duda, Nikanor apunta lejos, muy lejos.
Esto no da seguridad a las partes ya presentes en KML. La mina subterránea de Kamoto, actualmente en manos de KML fue, antes de su derrumbamiento de 1991, la más importante mina congoleña de cobre y cobalto de la General de Canteras y Minas (Gecamines). Fuentes concordantes informan que la lucha por el poder retumba tras las operaciones de bolsa que llevan a cabo Camec y Nikanor. Aunque la lucha transcurra bien fuera de las fronteras congoleñas, Kinshasa la está siguiendo de cerca, dados los divergentes intereses políticos que se oponen en la esfera más elevada del poder.
Camec es la multinacional minera en la que actúa el zimbabuo blanco Billy Rautenbach quien, a pesar de la expulsión de la que ha sido objeto por parte de la RDC, sigue en suelo congoleño a través de la empresa minera Boss Mining, la primera que, en suelo congoleño, realizó una electrolisis de cobre al 99,99% después de la Gecamines en su mejor época. Y citando a KML, hay que referirse, directamente a Georges Forrest, ese gigante belga-congoleño de la industria minera en Katanga.
Frente a Nikanor, los dos rivales de ayer, es decir Billy Rautenbach y Forrest, como informa el periódico surafricano The Sunday Independent, han decidido hacer frente común, para oponerse a la hegemonía de Nikanor. El mismo periódico surafricano subraya que el 18 de agosto de este año debería saberse si Camec o Nikanor tendrá bajo su influencia la mina subterránea de Kamoto por vía de KML. Pero, la fuente indica que Nikanor ha adquirido ya el 17% de KML. Según el mismo periódico, Georges Forrest, gran accionista de KML manifiesta su inclinación a ceder sus acciones a Camec. SIN L?GICA ECON?MICA. Pero, al lado de la guerra en la Bolsa, se está produciendo otra de gran envergadura.
Es la política, en la medida en que se están teniendo muy en cuenta que los intereses capitalistas regulados por la Bolsa de valores mobiliarios, se cotizan por diferentes firmas allí presentes. Esta batalla se desarrolla en el mismo ruedo del poder.
La guerra opone a campos con intereses muy divergentes. Allí donde debería prevalecer la lógica económica, lo que prima es el acercamiento a uno u otro, al que se juzga influyente en la esfera del poder. Por su parte, cada uno moviliza su artillería, no ahorrándose ningún medio de combate. Se permiten toda clase de golpes con tal que se alcance el objetivo. Pero hay una pregunta: ¿quién se preocupa de los intereses de la RDC? Cuando los gigantes se hayan reconciliado, ¿qué quedará para el Estado congoleño?
Todas esas preguntas referentes al giro que, por desgracia, ha tomado el asunto, se las plantea la opinión. Es evidente que la batalla que libran los dos grupos no es beneficiosa a los intereses de la RDC. Como las batallas que la han precedido, solo beneficia a las multinacionales que han encontrado en la RDC un terreno privilegiado para actuar. En cuanto a Kinshasa, mientras allí se discute, a través de una Comisión especial, de revisión de contratos mineros, las multinacionales mineras tienen puesta su mirada en otro lugar y no se preocupan para nada de lo que pasa en la RDC.
Por más que el Gobierno quiera iniciar el procedimiento de revisión de los contratos, los operadores no se inmutan desmesuradamente. La verdadera batalla se produce a nivel de las Bolsas occidentales, aquella batalla mediante la cual, si no está atenta, la RDC se encontrará despojada del control de sus recursos mineros. El mismo periódico surafricano informa que, recientemente, KML se ha distanciado de Camec, sin duda por el hecho de que Rautenbach no está de acuerdo con el Gobierno de Kinshasa. ¿Qué le queda hacer, pues? Buscar aliados seguros y eficaces para reforzar su línea de ataque frente a los repetidos asaltos de Nikanor. En Katanga hay polvo en el aire.
El desenlace de la crisis no se producirá mañana, aunque el periódico se ha aventurado a anunciar la fecha del 18 de agosto de 2007. Lo que es seguro es que la última palabra corresponde al Gobierno congoleño que debería conseguir imponer su punto de vista. ¿No sería para él una forma de realizar el deseo expresado por el Ministro de Minas, durante la instalación oficial de la Comisión de Contratos y Convenciones firmadas por Empresas públicas y de economía mixta en el sector minero, de llegar a ?hacer que se respete al Estado congoleño?? para que el pueblo congoleño saque provecho de sus riquezas?
Por Le Potentiel