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La consabida frase que asegura que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil es una verdad incuestionable. Como incuestionable es que una sociedad es tan fuerte como sus miembros más débiles o vulnerables. En este sentido, podemos afirmar que la cadena social que está configurando la política neoliberal imperante es extremadamente inconsistente por la irregularidad de sus eslabones, es decir, unos demasiado fuertes, otros considerablemente endebles.
A estas alturas, ya parece suficiente probado que el sistema económico actual, basado en la competitividad, el crecimiento y el beneficio sin límites que solo tiene en cuenta el fin y no los medios, no nos sacará de la crisis, sino todo lo contrario: seguirá provocando el aumento de la pobreza y las desigualdades que, inevitablemente, se traducirán en graves desequilibrios y conflictos sociales.
La economía, entendida como el conjunto de bienes y actividades que integran la riqueza de una de una sociedad, debe estar basada en principios morales, éticos y filosóficos. Solamente podremos considerar que una sociedad es madura y fructífera cuando se rige por valores humanos como la ayuda, la cooperación, la solidaridad y la equidad. Solamente podremos decir que una sociedad es evolucionada y justa cuando su economía está al servicio del bien común y no al de unos pocos.
. Valladolid