«Plántate hitos, ponles palos indicadores en el camino, está’ bien atento a la calle, a la calle (camino) que has recorrido?? (Jeremías 31,21).
Ha nacido un sitio. Como ocurre en el caso de cada nacimiento la sorpresa y el estupor para el recién nacido supera mucho las esperas y los programas de quien lo ha puesto él en el mundo. Un hijo no les pertenece solamente a los padres, como si ellos tuvieran que poseerlo, determinando celosamente su futuro.
Una nueva criatura, incluso teniendo que contar con la atenta atención de los padres, es de todos. De todos los que se desvelan para verlo crecer, madurar y encontrar su calle. En este sentido, el nuevo sitio «Viva el Concilio» sabe de poder contar con la atención y el concurso de todos los a los que está a corazón el proyecto de promover y valorizar el Vaticano «II.»
Sobre las intenciones de la propuesta, se puede encontrar muy claramente en la primera página. Baste recordar dos slogan que recurrieron en la inserción publicitaria a toda página, publica sobre «Ocurrir», sábado 16 y 23 de enero,: «Los colores del Concilio», nuevo título bosquejado por Scorzelli, que se acampa sobre un hilo conductor que es Promover y Valorizar el Vaticano «II», sobre todo, de parte de las nuevas generaciones.
www.vivailconcilio.it es luego un «sitio», vale a decir de un lugar hospitalario. Hospitalario como una morada que calienta del hielo invernal y asegura amparo del calor veraniego. Entonces, la intención es de realizar una morada confortable y acogedora. El sitio presenta en la primera pagina un pasillo o un pasillo, con al centro un cuadro que reproduce un bosquejo a colores del aula conciliar a obra del pintor Lello Scorzelli, al respeto se lea el interesante testimonio de padre Próspero Grech. Sobre la izquierda de la imagen comparece el cartel de los «cuatro viva», condensados en ella
En el sitio luego dos «Tabulae son hospedados gratulatoriae» dónde se encuentran los nombres de algunos protectores y realidades eclesiales que no cercenarán amistad, intercambios de ideas y contribuciones de otras personas y entes podrán solicitar de comparecer sobre los Tabulae.
Procediendo sobre el pasillo se da con las «Agendas» del 25 el editorial, las perlas del Concilio, las burbujas del concilio y la invitación a la lectura, todas son acompañados por un cordón que reconduce sugestivamente un paso bíblico. Las agendas serán renovadas, y archivadas, el 25 de cada mes.
Del pasillo se accede luego a las habitaciones: a, ella antes, el verdadero «sancta sanctorum» contiene el texto de los 16 documentos conciliares, (introducido por una breve clave),; b, una segunda habitación introduce a la lectura de intervenciones acreditadas de los pontífices, y del episcopado,; c, un local con poltrones cómodos propone un rico viaje por textos teológicos y carácter histórico: es el lugar del ahondamiento y el estudio; d, una última habitación probablemente el entorno más concurrido de los jóvenes ofrece la posibilidad de ver vídeos e imágenes del Concilio.
Además de estas cuatro habitaciones, se cuentan algunos huecos secundarios que permiten archivar colecciones de bibliografías, de fijar sobre los tableros avisa sobre iniciativas culturales además de informaciones y señales de interés general.
Inevitablemente, el proyecto dibujado por los arquitectos necesitará algunos correctivo de parte de quien habitará el entorno, así que soy que prever en futuro reparaciones y mejorías sobre sugerencia de los huéspedes. Por este, ya es activo una dirección correo electrónico, vivailconcilio@gmail.com Esta dirección correo electrónico es protegido por el spam bot. Javascript habilita para verlo. ) al que es posible hacer llegar observaciones y contribuciones. Un último enlace todavía no activado permitirá a quien desea él de contribuir a cubrir los gastos vivos del alojamiento, que son modestas para otro, considerado que todos los operadores contribuyen a la instalación del sitio en régimen de voluntariado.
http://www.vivailconcilio.it/
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LA ESPERANZA DEL CONCILIO??
??han de dar también razón de la esperanza que tienen en la vida eterna (cf. 1 Pe., 3,15).(L.G Nº 10)
Montevideo, 26 de enero de 2010 ? Gabriel Sánchez
Tal vez y sin tal vez, muchas personas que hemos nacido a la Fe, durante el postconcilio, que vivimos su efervescencia, sus búsquedas, la renovación de la liturgia y de la pastoral que nos transformo en corresponsales a toda la Asamblea de la marcha de la comunidad??En donde la opinión de todos era valiosa, en donde los ministerios ordenados, más que Jerarquía eran hermanos, que nos ayudaban a ver más lejos, que nos servían para sentir más cercana la presencia del Resucitado.-
Aprendimos con ojos asombrados de aquella explosión de alegría que fue el Concilio que se debe vivir el Ser Iglesia como fermento (A.A. Nº 2. A.G.D Nº 15)
en medio de la masa(Mt. 13,33)??haciendo nuestras ?Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren??(G. S Nº 1). Aprendimos que también debíamos hacer nuestras sus búsquedas y sus luchar, sus sueños y sus caminadas??
Sentimos que formábamos parte de un pueblo, que entusiasmado y cautivado por ese impulso del Espíritu, aprendíamos a caminar en medio de la gente, a compartir con todos los hermanos?? en ese impulso que fue el mandato del Concilio ?Las condiciones de estos tiempos añaden a este deber de la Iglesia una mayor urgencia, para que todos los hombres, unidos hoy más íntimamente con toda clase de relaciones sociales, técnicas y culturales, consigan también la plena unidad en Cristo.?? (L.G. Nº 1) y que fue entusiastamente acogido por el pueblo de Dios y hecho praxis a lo largo y ancho por toda la Comunidad Universal de los discípulos de Jesús de Nazareth, y que nos llamaba a ser adeptos a Dios de una manera nueva???En todo tiempo y en todo pueblo son adeptos a Dios los que le temen y practican la justicia (cf. Act., 10,35)(LG Nº 9 )
Estos principios que nos llevaron a ver el Reino en medio mismo de las luchas, esperanzas y sueños de todos los hombres y jugarnos por el, no bastaba decir queremos la justicia, sino PRACTICAMOS LA JUSTICIA, eso nos llevo a comprometernos con ese REINO, que llega silenciosamente y que ?l ha querido fuéramos configurado como la Palabra??en semillas del Reino??en tanto comunidad Universal, pero también en tanto miembros de esa comunidad obrando en medio de los hombres, es por eso que nos transforma en ?germen?? con la misión de junto a todos los hombres ??? anunciar el Reino de Cristo y de Dios, de establecerlo en medio de todas las gentes,????(LG.Nº 5) (Cfr. Lc. 13,19)??Agregaríamos en medio y con la gentes??
Esto embebido, en una Palabra del Concilio, que reconocimos como Palabra de Jesús mismo?????así la Iglesia, aunque el cumplimiento de su misión exige recursos humanos, no está constituida para buscar la gloria de este mundo, sino para predicar la humildad y la abnegación incluso con su ejemplo. Cristo fue enviado por el Padre a «evangelizar a los pobres y levantar a los oprimidos» (Lc., 4,18), (L.G. Nº 8) Y siempre atrevasando toda nuestra praxis pastoral y vivencial??Entendiendo como un mandato que sale, aún hoy, de la boca de Jesús de Nazareth: ???que con razón puede decirse que es el propio Cristo quien en los pobres levanta su voz para despertar la caridad de sus discípulos. Que no sirva de escándalo a la humanidad el que algunos países, generalmente los que tienen una población cristiana sensiblemente mayoritaria, disfrutan de la opulencia, mientras otros se ven privados de lo necesario para la vida y viven atormentados por el hambre, las enfermedades y toda clase de miserias????(G. S Nº 88)
Entendimos que la eclesiología del concilio estaba signada por este servicio a los pobres??sentimos como en ellos la voz del Señor y nos dispusimos a ser una Iglesia de los pobres, tomando las enseñanzas del mismo concilio???Guiados, pues, por el Espíritu del Señor, que ungió al Salvador y lo envió a evangelizar a los pobres, los presbíteros, y lo mismo los Obispos, mucho más que los restantes discípulos de Cristo, eviten todo cuanto pueda alejar de alguna forma a los pobres, desterrando de sus cosas toda clase de vanidad. Dispongan su morada de manera que a nadie esté cerrada, y que nadie, incluso el más pobre, recele frecuentarla.??(Presbiterorum Ordinis)
?ramos jóvenes, teníamos Fe y un mundo por transformar y encontramos muchos hermanos de buena voluntad y vivíamos en Latinoamérica, y junto a ellos descubrimos que la injusticia, era producto del pecado estructural (Sin embargo, pocas veces una concepción ha producido los sobresaltos que ha suscitado la del pecado estructural. Y es que, efectivamente, al menos en un primer momento, se presenta corno diametralmente opuesta a las concepciones anteriores. Mientras que en un pasado no muy lejano se colocaba el acento, ora en la acción, ora en la persona, ahora se desplaza decisivamente hacia el plano social.- Pecado Estructural-teología moral de Monseñor Carlos Parteli)?? Y finalmente vislumbramos que existía una estructura de pecado, en medio de la sociedad que generaba injusticia??
Y creímos en aquella palabra conciliar que nos decía que Jesús nos comunico la fuerza para enfrentarnos al reino del pecado, que nosotros descubrimos en ese pecado estructural, en esa estructura de pecado?? (?Tal potestad la comunicó a sus discípulos para que quedasen constituidos en una libertad regia, y con la abnegación y la vida santa vencieran en sí mismos el reino del pecado L.G Nº 36)??
Y en ese camino compartido con muchos no cristianos, descubrimos que esas estructuras de pecado, que eran las dueñas de las llaves del poder??era el sistema en el que vivíamos el sistema capitalista, que por la dinámica natural de su esencia, se volvió capitalista y neoliberal, en el visualizamos, como una formidable estructura de pecado que se oponía al Reino de Dios.- (Cfr. Lc. 16, 13)
Y en ese combate nos enfrentamos desde las organizaciones libertarias y que buscaban la justicia (sindicatos, partidos políticos, y otros diversos organismos intermedios de la sociedad) a la injusticia??
Esto genero una verdadera primavera eclesial, en donde vimos nacer la teología de la Liberación, no como un enunciado teórico, sino como la sistematización de la praxis del pueblo de Dios, así nacieron las Comunidades Eclesiales de Base (O también quieren reunir para escuchar y meditar la Palabra, para los sacramentos y el vínculo del Ágape, grupos homogéneos por la edad, la cultura, el estado civil o la situación social, como parejas, jóvenes, profesionales, etc., personas éstas que la vida misma encuentra ya unidas en la lucha por la justicia, la ayuda fraterna a los pobres, la promoción humana, etc. E.N. Nº 58), la renovación de la liturgia como ámbito de celebración de la fe, con signos que la comunidad reconociera como sensibles, renovando oscuros signos e idiomas proveniente de otras culturas, otros pueblos, otros tiempos y que no eran signo que la Asamblea entendiera??
Siguiendo el impulso del concilio,de la participación del Laico, del compromiso en la sociedad??La Recepción tan profunda y extensa dada por el pueblo de Dios a esta forma de vivir el Concilio??a esta praxis eclesial y pastoral de decepcionar el Concilio por parte del pueblo de Dios, entendemos hoy nosotros, que forma parte del deposito de la tradición (lo entregado) de la Iglesia??Esta Luz nueva que nos dio el concilio, es a nuestro entender parte de la tradición de la Iglesia y fue bautizada por la sangre de Cristo desde la Cruz en la que confluyen los de ríos de sangre derramada por muchísimos laicos, religiosos y ordenados y porque no de todo el Pueblo, que desde la fe (unos en Cristo, otros en Dios, otros en la Justicia), luchaban por la verdad y la justicia??la mínima forma del Amor*??(Encíclica Caridad en la Verdad- introducción de Benedicto XVI)?? Es por esto que humildemente pedimos al Espíritu Santo, que nos de la apertura para volver a esta fresca y abundante fuente que es el Concilio Vaticano II, en esa tradición en que siempre el pueblo de Dios lo RECIBI???
* El amor ?«caritas»? es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz.(fragmento de la encíclica Caridad en la Verdad- introducción)