Leía recientemente un comentario periodístico a propósito de las celebraciones navideñas. El autor se lamentaba de que, en el mundo actual, “nos faltan objetivos”. A la vez que denunciaba la superficialidad, la fiebre por el consumo y el individualismo de nuestra sociedad, citaba a Paul Tillich para afirmar que “la gran tragedia del hombre moderno es haber perdido la dimensión de profundidad”.
Paul Tillich (1886-1965) fue uno de los teólogos más influyentes del siglo XX. Y, en cierto modo, podría decirse que el leitmotiv de su obra es una insistente invitación a recuperar la que él llamaba dimensión de profundidad. Expresión, por cierto, con la que se refería al Misterio que las religiones han nombrado como “Dios”. ··· Ver noticia ···