Hay todo un universo de movimiento entre reclamar dignidad y sentirse indignado, y todo ese camino lo han recorrido a pie gentes del país. Hombres y mujeres marchando en una misma dirección, todos a una, demostrando en el 22M determinación y fuerza. La crisis ha caminado junto a ellos en ambos estados. Cuando arrancó propició el 15M, el movimiento de los indignados que recuperó el lugar de la asamblea en la plaza, germen de nuestra cultura civil y ciudadana. Ciudadanos de cada ciudad, municipio, localidad examinaron su espacio, en el que viven, el que les pertenece y solo encontraron desigualdad e injusticia. Empuñaron el estado de indignación y más allá de los reunidos en plazas que se reconocían en el movimiento, los que ni siquiera se acercaban, también se decían así mismos indignados y sufrían de indignación. A manifestarla nos empujó la crisis además de a acuñar el vocablo prima de riesgo. ••• Ver noticia •••