Es la primera cumbre americana en la que participa el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama
La primera Cumbre de las Américas en la que todos los mandatarios presentes han sido elegidos en procesos democráticos arranca hoy marcada por la crisis económica mundial y la sombra alargada de Cuba. Más de 5.000 asistentes, con 34 jefes de Estado y primeros ministros, formarán parte de este encuentro que se celebra en Trinidad y Tobago.
Raúl Castro: «Estamos dispuestos a hablar con EE UU pero en igualdad de condiciones»
El Alba cierra filas a favor de Cuba y contra el embargo
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegará hoy a Puerto España para participar en esta cumbre. Será la primera visita de Obama a la región, después de su encuentro ayer con el presidente mexicano, Felipe Calderón. Obama aterrizará a las 15.45 horas locales (20.45 GMT), tras lo cual participará en la ceremonia de inauguración.
Según ha afirmado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, Obama acude con la intención de «escuchar, aprender y ayudar a liderar» asuntos como la lucha contra la crisis económica, la cooperación energética o la seguridad ciudadana.
Pero la recesión de la economía mundial es el principal asunto a tratar ya que la crisis puede azotar de manera especial a la región latinoamericana. El principal asesor de la Casa Blanca para América Latina, Dan Restrepo, ha asegurado que el «foco principal» de la reunión será la crisis económica.
Cuestión cubana
Por otra parte, Países como Bolivia y Venezuela han expresado su intención de poner sobre la mesa la cuestión cubana, el único país americano ausente de la reunión debido a que no es un régimen democrático.
Desde Washington, Obama ha tendido la mano al régimen cubano. El pasado lunes ordenó el levantamiento de las restricciones a los viajes de los familiares y el envío de remesas a Cuba, así como una serie de medidas para facilitar las comunicaciones entre Estados Unidos y la isla.
Sin embargo, el presidente boliviano, Evo Morales, ha anunciado que presentará una propuesta de resolución que exige el fin del embargo estadounidense a Cuba, una cuestión sobre la que existe práctica unanimidad en toda Latinoamérica. Mientras tanto, el presidente venezolano, Hugo Chávez, ha amenazado con vetar la declaración final.